El Alcalde provoca y Mazatlán se perturba
‘Con mi vida, ciudadanos’, un sketch ruin

OBSERVATORIO
    Benítez Torres sigue engañando a los mazatlecos y manipulando a los morenistas al no decirles toda la verdad de aquel salvamento que a través del PAS le ofreció el Movimiento Regeneración Nacional a cambio de que retirara las acusaciones y denuncias contra Rubén Rocha Moya, entonces candidato a Gobernador.

    A estas horas podría estar por cuajar una solución al conflicto político en Mazatlán, ya sea con el respeto al pacto que el Alcalde Luis Guillermo Benítez Torres le aceptó al Partido Sinaloense para que éste lo postulara a la reelección en el cargo, o bien acudir al Congreso del Estado como última instancia para que intervenga y restablezca la estabilidad, esa que nada tiene que ver con los servicios públicos que se siguen proporcionando, sino con la legitimidad de los gobernantes como condición primaria para que los ciudadanos confíen en ellos.

    Benítez Torres sigue engañando a los mazatlecos y manipulando a los morenistas al no decirles toda la verdad de aquel salvamento que a través del PAS le ofreció el Movimiento Regeneración Nacional a cambio de que retirara las acusaciones y denuncias contra Rubén Rocha Moya, entonces candidato a Gobernador. Aunque “El Químico” se diga ideológicamente fiel a la Cuarta Transformación, para términos de litis electoral es el Alcalde del Partido Sinaloense, las siglas que le sirvieron como balsa de salvación para que apareciera en la boleta comicial.

    Pero este lunes es clave. Una serie de negociaciones con el propósito a frenar el diferendo, al menos por un tiempo porque Benítez Torres procesa los acuerdos según le aconseje el horóscopo, podría estabilizar la vida política mazatleca después de tres intentos fallidos por armonizar la coordinación de los regidores y el Presidente Municipal según el tratado Morena-PAS con el que se participó en la elección del 6 de junio. Lo que resulte, insistimos, será tan frágil como débiles han sido todos los arreglos que ha hecho “El Químico” desde que asumió la Alcaldía por primera vez el 1 de noviembre de 2018.

    Aunque si esta semana el diálogo prosigue en la senda del fracaso el caso Mazatlán se irá a los tribunales y de allí a la agenda legislativa. Por más exagerado que parezca, la desaparición de poderes para convocar a nuevas elecciones es posible y la pugna apunta a que con todo y las implicaciones que ello pudiera tener en lo político, económico y social es la alternativa que más les garantiza a los mazatlecos estabilidad duradera. Alguien que lo dude que analice el gobierno de Benítez y sus rasgos, uno tras otro, de inestabilidad política.

    Además, el conflicto ya presenta características propias de la demencia del poder. El hombre que se planta ante una muchedumbre convocada con engaños (¿por qué no dice que esta vez fue el PAS y no Morena el que le permitió la reelección) para acusar que una fuerza política, la misma que lo salvó de quedarse sin la Alcaldía, pretende apoderarse de Mazatlán y en el clímax de la enajenación ofrece que los “voy a defender con la vida si es necesario, yo voy a hacer todo por ustedes, voy a luchar a favor de ustedes porque me comprometí”.

    ¿Esto es un estado mental cuerdo, o al menos prudente? ¿Por qué no defendió “con la vida” el patrimonio de los mazatlecos que le entregó a la empresa Nafta al ceder dócil en un viejo litigio y aparte restablecer a la demandante como proveedora del Ayuntamiento? ¿Ofreció el mismo sacrificio para defender la libertad de expresión de periodistas y medios que han sido víctimas de su intolerancia? ¿Hizo “todo por ustedes” aquella mañana de junio cuando despertó en modo déspota y regresó a su despacho después de ganar la elección, para despedir a sus colaboradores leales? ¿Luchó por los derechos políticos y humanos de la ex Síndico Procuradora, Elsa Bojórquez Mascareño, contra la cual descargó la máxima ira misógina?

    Y así quiere ser líder, pero olvida que los líderes no le mienten al pueblo. Quiere ser mártir, sin embargo, el sacrificio es a nombre de su codicia de poder, del reinado carnavalero con oropel y pirotecnia de un estilo donde su majestad viaja mientras la gente enfrenta un huracán, el del rey opaco que camina desnudo creyendo enfundar la prodigiosa vestimenta invisible, el que cree que los derechos de los demás acaban donde empieza su imperio de cinismo. El mini mesías que se sube al templete de su ego a ofrecer redimir a los ciudadanos, sin antes intentar salvarse él mismo.

    Entonces no nos llamemos sorprendidos de aquello que vimos venir y a veces hasta celebramos sin pensar en las consecuencias para Mazatlán. Detengámonos en los episodios que son el centro del conflicto: uno, días después de que Morena postuló a Rocha Moya como candidato a Gobernador, Benítez Torres inicia el proceso para objetar la designación; dos, la dirigencia morenista le inicia, con la colaboración del Tribunal Electoral de Sinaloa, procedimiento para inhabilitarlo en su reincidente aspiración a la alcaldía; tres, el PAS acepta registrar al “Químico” para que busque la reelección y el político accede a retirar las impugnaciones contra Rocha. Y, cuatro, Benítez gana la votación después de que el pasismo lo rescató.

    En resumen, para lograr los equilibrios políticos en Mazatlán y dar los primeros pasos hacia la gobernabilidad es indispensable no olvidar ahora lo que Benítez Torres ha sido en el desempeño del cargo. Hoy no vale la amnesia colectiva para victimizar a quien buscó ser Alcalde sin importar el precio a pagar y cuando llega el momento de responder por sus actos se dice prisionero de sus mismos creadores y mecenas. Así cómo, señor Luis Guillermo Benítez Torres.

    Reverso

    Le encantaría al turismo,

    este singular atractivo,

    que con original dramatismo,

    muestra al Alcalde cautivo.

    Gasolina a la hoguera

    En su conferencia de prensa semanera del 15 de noviembre el Gobernador Rubén Rocha le dio su apoyo a Luis Guillermo Benítez Torres, quien es el epicentro del pleito por el gobierno de Mazatlán, echándole leña al fuego con el riesgo de que el conflicto político escalara a mayores dimensiones, pero ya más cauteloso cinco días después, en la ceremonia del aniversario de la Revolución Mexicana, les echó toda la carga a los mazatlecos al decir “allá que lo resuelvan ellos”.

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