El rol sagrado de la mujer

BUHEDERA

    En algunas épocas de la antigüedad egipcia, las mujeres eran vistas y honradas como más altas y más sagradas que los hombres.

    La mujer es la madre de todos, dando vida y enseñando.

    Esos antiguos egipcios creían que cuando un hombre lograra una gran cantidad de conocimiento, espiritualidad y poder, debía permitírsele usar una peluca de pelo largo para simbolizar que había alcanzado un cierto nivel igual a una mujer.

    Mientras los dos se unen, ella sostiene a su hombre, dándole fuerza y protección, testimonian esculturas de la época.

    Hay un dicho que sigue flotando en la actualidad:

    “Detrás de cada hombre exitoso hay una mujer fuerte que lo sostiene”.

    “Feminismo tradicional inspirado en lo divino: El papel que Dios ha dado a las mujeres es eterno. POR THE EPOCH TIMES. 17 de diciembre de 2021

    https://es.theepochtimes.com/feminismo-tradicional-inspirado-en-lo-divino-los-papeles-que-dios-ha-dado-a-las-mujeres-son-eternos_932720.html?utm_source=pushengage&utm_medium=pushnotification&utm_campaign=pushengage

    A través de los tiempos, los roles de género han sido honrados en todas las culturas como roles que fueron otorgados por Dios, hasta que el socialismo y el comunismo se introdujeron en las sociedades libres, etiquetando a las familias tradicionales como ‘cómodos campos de concentración’ para las mujeres.

    La importancia de lo divino, así como de la familia, se ha eliminado en la biblia de la tradición feminista de izquierda, ya que no pueden lograr sus objetivos finales anti-Dios y anti-humanidad sin hacerlo.

    Desde el principio de la historia de la humanidad, el papel tradicional de la mujer en una familia sólida siempre ha sido fundamental para una sociedad próspera y humana. Su papel de esposa y madre, otorgado por Dios, tiene un valor incalculable a la hora de ayudar a nutrir a la siguiente generación, a la vez que apoya a su esposo en sus respectivas funciones.

    Contrariamente a lo que el pensamiento feminista dominante de hoy en día respalda, los roles de género funcionan, y son buenos. Permitir que las esposas aprecien a sus maridos, como proveedores y protectores, es empoderar tanto al hombre como a la mujer.

    Una relación sana entre marido y mujer se orienta hacia la tradición divina.

    Para la gente de fe, siempre hubo un lugar para reconocer la presencia divina en la vida de uno, especialmente cuando una mujer entraba en el papel de esposa y madre o cuando un hombre asumía las responsabilidades de esposo y padre; se les reconocía a través de ceremonias o ritos.

    Sin embargo, algunas de estas tradiciones familiares que iban de la mano con el reconocimiento de la disposición divina para una vida recta se han perdido en algunas culturas, como en el mundo occidental, donde la existencia de Dios ha sido expulsada de muchas maneras. Por ejemplo, se fomenta una independencia e individualidad extremas hasta el punto de abandonar las tradiciones familiares en aras de perseguir los propios intereses.

    El comunismo blando es impulsado en detrimento de muchos a través de agendas políticas socialistas, siendo el resultado la destrucción del tejido familiar, que luego conduce a divorcios, familias monoparentales, abortos, y la lista continúa.

    El objetivo del comunismo:
    la damisela en disonancia

    En el mundo actual, muchas mujeres sienten la presión de la agitada vida moderna, junto con la incertidumbre sobre si deben o no perseguir la maternidad y el matrimonio. A las mujeres se les ha dicho durante mucho tiempo que ser “libres” es convertirse en feministas de izquierdas y abandonar los códigos tradicionales del pasado. El feminismo de los años 60s fue para las mujeres de todas las edades lo que las celebridades de Hollywood han sido para los jóvenes.

    Según la serie especial de The Epoch Times “Cómo el espectro del comunismo rige nuestro mundo”, el objetivo del comunismo de dividir y conquistar se encuentra en el espíritu feminista de los 60s. El comunismo cree que “la unidad familiar es un obstáculo para la liberación humana”, y requiere que la “unidad familiar privada sea revolucionada en una forma de propiedad pública”. Durante los movimientos feministas, se inculcó a las mujeres que ser ama de casa era igual a estar esclavizada, y rechazar ese recinto la proporcionaría la verdadera liberación.

    En algunas épocas de la antigüedad egipcia, las mujeres eran vistas y honradas como más altas y más sagradas que los hombres.

    La mujer es la madre de todos, dando vida y enseñando.

    Esos antiguos egipcios creían que cuando un hombre lograra una gran cantidad de conocimiento, espiritualidad y poder, debía permitírsele usar una peluca de pelo largo para simbolizar que había alcanzado un cierto nivel igual a una mujer.

    Mientras los dos se unen, ella sostiene a su hombre, dándole fuerza y protección, testimonian esculturas de la época.

    Hay un dicho que sigue flotando en la actualidad:

    “Detrás de cada hombre exitoso hay una mujer fuerte que lo sostiene”.

    “Feminismo tradicional inspirado en lo divino: El papel que Dios ha dado a las mujeres es eterno. POR THE EPOCH TIMES. 17 de diciembre de 2021

    https://es.theepochtimes.com/feminismo-tradicional-inspirado-en-lo-divino-los-papeles-que-dios-ha-dado-a-las-mujeres-son-eternos_932720.html?utm_source=pushengage&utm_medium=pushnotification&utm_campaign=pushengage

    A través de los tiempos, los roles de género han sido honrados en todas las culturas como roles que fueron otorgados por Dios, hasta que el socialismo y el comunismo se introdujeron en las sociedades libres, etiquetando a las familias tradicionales como ‘cómodos campos de concentración’ para las mujeres.

    La importancia de lo divino, así como de la familia, se ha eliminado en la biblia de la tradición feminista de izquierda, ya que no pueden lograr sus objetivos finales anti-Dios y anti-humanidad sin hacerlo.

    Desde el principio de la historia de la humanidad, el papel tradicional de la mujer en una familia sólida siempre ha sido fundamental para una sociedad próspera y humana. Su papel de esposa y madre, otorgado por Dios, tiene un valor incalculable a la hora de ayudar a nutrir a la siguiente generación, a la vez que apoya a su esposo en sus respectivas funciones.

    Contrariamente a lo que el pensamiento feminista dominante de hoy en día respalda, los roles de género funcionan, y son buenos. Permitir que las esposas aprecien a sus maridos, como proveedores y protectores, es empoderar tanto al hombre como a la mujer.

    Una relación sana entre marido y mujer se orienta hacia la tradición divina.

    Para la gente de fe, siempre hubo un lugar para reconocer la presencia divina en la vida de uno, especialmente cuando una mujer entraba en el papel de esposa y madre o cuando un hombre asumía las responsabilidades de esposo y padre; se les reconocía a través de ceremonias o ritos.

    Sin embargo, algunas de estas tradiciones familiares que iban de la mano con el reconocimiento de la disposición divina para una vida recta se han perdido en algunas culturas, como en el mundo occidental, donde la existencia de Dios ha sido expulsada de muchas maneras. Por ejemplo, se fomenta una independencia e individualidad extremas hasta el punto de abandonar las tradiciones familiares en aras de perseguir los propios intereses.

    El comunismo blando es impulsado en detrimento de muchos a través de agendas políticas socialistas, siendo el resultado la destrucción del tejido familiar, que luego conduce a divorcios, familias monoparentales, abortos, y la lista continúa.

    El objetivo del comunismo:
    la damisela en disonancia

    En el mundo actual, muchas mujeres sienten la presión de la agitada vida moderna, junto con la incertidumbre sobre si deben o no perseguir la maternidad y el matrimonio. A las mujeres se les ha dicho durante mucho tiempo que ser “libres” es convertirse en feministas de izquierdas y abandonar los códigos tradicionales del pasado. El feminismo de los años 60s fue para las mujeres de todas las edades lo que las celebridades de Hollywood han sido para los jóvenes.

    Según la serie especial de The Epoch Times “Cómo el espectro del comunismo rige nuestro mundo”, el objetivo del comunismo de dividir y conquistar se encuentra en el espíritu feminista de los 60s. El comunismo cree que “la unidad familiar es un obstáculo para la liberación humana”, y requiere que la “unidad familiar privada sea revolucionada en una forma de propiedad pública”. Durante los movimientos feministas, se inculcó a las mujeres que ser ama de casa era igual a estar esclavizada, y rechazar ese recinto la proporcionaría la verdadera liberación.

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