En solidaridad, con la familia
    Castro Velázquez.
    El conservadurismo que caracteriza a la alianza opositora les impide ver con objetividad la realidad política del País. Con esa visión política conservadora, uno de esos partidos políticos de la alianza, el PRD (que nació en el bloque de izquierda, pero que los Chuchos terminaron subordinándolo a la derecha), se perfila a perder su registro definitivo, va a ser muy difícil que ese partido recupere a los electores que lo abandonaron. Esa fuga cada vez más va en aumento y por lo visto su derrumbe será indetenible.

    Los ciudadanos de este país cada vez están más convencidos que la Oposición política vive en el limbo, fuera de la realidad, viene dando muestras de ello de manera reiterada, un ejemplo plástico fue el resultado electoral del 5 del presente mes. En la elección de las seis gubernaturas, perdieron cuatro y retuvieron dos, aun así tuvieron la desfachatez de echar las campanas al vuelo diciendo que habían ganado. Solo esta Oposición puede llegar a afirmar tal despropósito. Ante esa falta de seriedad política la ciudadanía se pitorrea de esa Oposición extraviada.

    Con ese tipo de Oposición política, el partido Morena va en caballo de hacienda a las elecciones que tendrán lugar en el estado de Coahuila y el Estado de México el próximo año, y en el 2024 a la sucesión presidencial. El conservadurismo que caracteriza a la alianza opositora les impide ver con objetividad la realidad política del País. Con esa visión política conservadora, uno de esos partidos políticos de la alianza, el PRD (que nació en el bloque de izquierda, pero que los Chuchos terminaron subordinándolo a la derecha), se perfila a perder su registro definitivo, va a ser muy difícil que ese partido recupere a los electores que lo abandonaron. Esa fuga cada vez más va en aumento y por lo visto su derrumbe será indetenible.

    También nunca nos imaginamos ver la debacle del PRI. Recuperar el terreno perdido nos parece misión imposible, por los desfiguros y la corrupción denunciada de su actual dirigente nacional, Alejandro Moreno Cárdenas. La Oposición se empieza a desgajar y alejarse cada vez más del pueblo. Para remachar el clavo, acaba de acordar una moratoria contra todas las iniciativas de reformas constitucionales que en lo sucesivo envíe al Congreso legislativo el Presidente Andrés Manuel López Obrador. Con esa actitud están ignorando al pueblo, por eso afirmamos que la Oposición va sin dilación al ostracismo definitivo y va a ser cada vez más claro su descenso al despeñadero político, por lo visto insalvable.

    No hay forma para que la Oposición se recupere del tobogán en el que ha caído por sus propios errores y su prepotencia desmedida. Creían que con la alianza entre los dos partidos que durante largo tiempo hicieron creer a los ciudadanos que eran antagónicos, ahora sin máscaras unidos en el Prian, recuperarían protagonismo. Pero los ciudadanos están muy avispados y rechazan esa alianza electoral del “PRO ratero y el PAN palero”. Aún los ciudadanos medianamente informados desdeñaron, desde el primer momento, dicha alianza electoral. Los ciudadanos no perdonan a esos partidos de viejo cuño que los hayan chamaqueado, como dice la gente, por décadas. Hay muchos hechos que demuestran la conversión del PRI a la ultra derecha, recordemos la privatización del ejido y la entrega de los bienes nacionales a la iniciativa privada, por parte del gobierno de Carlos Salinas de Gortari. En ese gobierno se enterraron los logros alcanzados por la Revolución Mexicana en favor del pueblo.

    Y el PAN también se fue pareciendo cada vez al tricolor, más cuando llegaron a la Presidencia y aplicaron la política de Salinas, en beneficio del gran capital extranjero. Fox además le entró a la corrupción galopante. Con Calderón ya fue el colmo, porque hasta recurrieron al fraude electoral para robarse la presidencia de la república. Así quedó plenamente acreditado el veredicto popular que los nombra el prian, revelando que al margen de los colores que ostenten vienen siendo lo mismo.

    Lo que siguió todo mundo lo conoce, porque el pueblo lo sufrió en carne propia. El despertar de los ciudadanos tiene mucho que ver con la gran crisis política que provocó el Salinismo y sus secuelas. La cuarta transformación en marcha es una respuesta al desastre en que se convirtió al País con la política salinista, que se prolongó por 36 años. Hoy la política de la cuarta transformación trabaja por restituir el entramado social, afectado gravemente por el periodo neoliberal. Se vienen acelerando los pasos para reconstruir al país, pese a los múltiples obstáculos que la oposición obtusa, con ribetes de cretina, quiere ponerle al camino democrático.

    Lo hemos reiterado, en este País, por más cantos de sirena que se susciten, los ciudadanos están consciente del rumbo para lograr sus metas y alcanzar el anhelado progreso. Es una lucha histórica la que ha emprendido la ciudadanía mexicana.

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