Hasta siempre ‘Parche’, mi fiel amigo

MAZATLÁN._ Quizás alguien sabe en qué fecha llegaste, yo la verdad no, lo único que sí sé es que fuiste el amigo más fiel, más cariñoso, y todo en silencio.

Tu espacio, tu calle Guamúchil, de la Foresta, te extraña, sin tu presencia ya no es la misma. Ya no te observamos correr libre y felizmente moviendo la cola como lo hacías acompañando a las niñas y niños, tus grandes hermanos. Siempre fuiste muy fuerte, ninguna enfermedad te tumbaba, tan solo te hacía tambalear. Ni las pulgas ni las garrapatas, esas que siempre te acompañaron y que te hicieron adelgazar, tampoco pudieron tampoco contigo.

Sé que sabías que había esa conexión entre tú y yo, tan solo tu mirada me lo decía cada vez que te dejabas acariciar y dejar que te quitara la pulgas.

Este lunes por la mañana te busque por todos lados, uno a uno de los carros los revisé por debajo, pero no te vi, y pensé que andabas de vago, pero la realidad es que ya no estabas amigo. Nunca me preparé para un día ya no verte.

Cuando salí de casa para ir al trabajo, como todos los días, ya no te vi, pero sentí tu presencia, no tuve ese golpe en la pierna que me hacías para desearme buen viaje y decirme en silencio que me esperabas a mi regreso. Tu recompensa era el sobre de comida o las salchichas que te gustaban, incluso hasta el pedazo de pan.

Siempre vigilaste tu espacio, tu cuadra, ese que te ganaste día a día. Nunca te achicaste ante ningún otro can que entraba a tu calle. Eras tremendo amigo, todos sabemos porqué, pero muy fiel. Supiste ganarte el corazón de muchos y sobre todo el de la familia de MaryCecy y Víctor, el mío y el de mi familia.

Amigo, sé que no te querías ir nunca de nuestro lado porque , y menos de esta manera en que partiste. Lamento no haber estado en el lugar cuando te atropelló el pasado domingo el chofer de ese auto de esa plataforma de transporte privado, para haberte auxiliado inmediatamente.

Ahora ya no estará físicamente para desearme buena jornada de trabajo, tampoco para esperarme a mi regreso y darte tus croquetas y agua, pero sé que voy a sentir tu presencia. Te voy a extrañar también en las temporadas de lluvias, ya ves que nada más oías abrir la puerta y corrías a refugiarte con nosotros o con MaryCecy.

No pude hacerte la fiesta de cumpleaños que tanto te prometí, me falto tiempo.

Hasta siempre mi amigo “Parche”, corre felizmente allá en el cielo como lo hacías en tu querida calle Guamúchil. Ojalá algún día nos encontremos de nuevo, me dejes acariciarte y quitarte tus garrapatas y pulgas, pero sobre todo compartir alegría.


Jesús Herrera

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