Justicia para Perla

    El crimen de Perla Vega conmocionó y movilizó a toda una comunidad en busca de justicia. Su círculo de amistades más cercano encabezó un incansable movimiento de coraje y hartazgo ante la creciente normalización de la violencia y la indolencia de las autoridades frente al incremento en el número de asesinatos de mujeres. En el mismo año en el que a Perla le arrebataron la vida, otras 73 mujeres fueron exterminadas de manera violenta en todo el estado. Desde entonces 620 casos más. Es una desgracia tener que hacer una contabilidad de este tipo, pero existe la necesidad de visualizar la gravedad del problema.

    Se cumplen 10 años del asesinato de Perla Vega Medina, maestra y amiga universitaria que perdió la vida en manos de su ex pareja Juan Carlos Cristerna Fitch, la madrugada del 27 de mayo de 2012, cuando ella se encontraba en su domicilio en la Colonia Tierra Blanca de Culiacán.

    El crimen quedó impune, y no por falta de pruebas, sino por la incompetencia y corrupción de la Procuraduría General de Justicia del Estado de Sinaloa, que en ese entonces estaba a cargo de Marco Antonio Higuera Gómez.

    Por la manera en la que ocurrieron las cosas, todo parece indicar que la detención del asesino fue planeada de cierta forma que luego fuera posible su liberación. Días antes de su captura habían acordado apresarlo con tal brutalidad que eso permitiera a la defensa alegar violaciones al debido proceso.

    La estrategia surtió efectos. El 5 de enero del 2013 Juan Carlos fue detenido en la ciudad de Tijuana con moretones visibles en su rostro, y días más tarde un juez le dictó auto de formal prisión. El 8 de agosto la CEDH confirmó que el acusado había sido torturado y agraviado. Un año después fue puesto en libertad tras un amparo que anuló de manera definitiva el proceso.

    El crimen de Perla Vega conmocionó y movilizó a toda una comunidad en busca de justicia. Su círculo de amistades más cercano encabezó un incansable movimiento de coraje y hartazgo ante la creciente normalización de la violencia y la indolencia de las autoridades frente al incremento en el número de asesinatos de mujeres.

    En el mismo año en el que a Perla le arrebataron la vida, otras 73 mujeres fueron exterminadas de manera violenta en todo el estado. Desde entonces 620 casos más. Es una desgracia tener que hacer una contabilidad de este tipo, pero existe la necesidad de visualizar la gravedad del problema.

    El más reciente asesinato de una joven en el municipio de El Fuerte, muestra que en Sinaloa todavía impera esa barbarie misógina que cuesta trabajo erradicar. Trascendió que la víctima fue metida a la fuerza en un domicilio contiguo a donde trabajaba y ahí maltratada a golpes por un sujeto que tenía días acosándola.

    Esa es la particularidad de los asesinatos de mujeres, la mayoría perpetrados por personas de “confianza” de las que no tendrían por qué sentirse amenazadas. En esos casos los asesinos forman parte del círculo íntimo de las víctimas, son familiares, parejas o vecinos que actúan con cierta premeditación, porque conocen los espacios y tiempos vulnerables de quienes someten.

    Para finales de mayo de 2022, en Sinaloa se contabilizan 6 crímenes tipificados como feminicidios, la cifra más baja desde que se incorporó este delito al código penal en 2015. Sin embargo, ahora también hay que sumar el número de mujeres sin localizar. La Fiscalía General del Estado cuenta en sus registros con denuncias por desaparición de 37 mujeres en lo que va del año, de las cuales 26 ya fueron localizadas con vida, afortunadamente.

    Ningún ser humano es un medio, toda persona es un fin en sí misma. Y su pérdida es incompensable. Sería una premisa cruel pensar que los avances en materia de procuración de justicia, si es que existen, son fruto del atroz infortunio de las víctimas. Perla descansa, y el movimiento que surgió en su nombre debe suscribirse en el contexto de un estado donde la violencia parece ser incontenible, y en el que la sociedad reclama acciones contundentes.

    Hoy jueves nos reuniremos para conmemorar su vida. Una ofrenda será colocada en la plaza que lleva su nombre en la Facultad de Estudios Internacionales y Políticas Públicas de la UAS, escuela de la que egresó y en la que se le recuerda con inmenso cariño por maestros y compañeros que tuvimos la fortuna de conocerle. A 10 años seguimos pidiendo justicia. Justicia para Perla.

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