La CEAIP hoy, ¿defenderla o perjudicarla? Rocha Moya frente a órganos autónomos

Este día la Comisión Estatal de Acceso a la Información Pública estará en la encrucijada de fortalecer el avance hacia un Sinaloa donde las entidades públicas continúen transparentes ante los sinaloenses, o involucionen a los tiempos en los cuales la rendición de cuentas fue moda y simulación en beneficio de la opacidad. Además, el gobierno de Rubén Rocha Moya dará una importante señal de cuánto le importan los órganos autónomos, patrimonio de los ciudadanos, que nunca más debieran ser tratados como puestos a repartir en coyunturas sexenales.

Por fortuna, después de una intensa jornada cívica que en su consolidación se llevó al menos dos décadas, recientemente la CEAIP ha implementado reformas profundas, prácticas públicas destacables y ajustes internos que la prestigian y que a estas alturas deben recibir el resistente blindaje para que sigan siendo pertenencia de la sociedad. Qué lamentable sería el retorno a los tiempos en que la institución era apéndice gubernamental con el objetivo de legitimar las corrupciones consumadas en los sótanos del poder.

A las 2 de la tarde de hoy, la CEAIP realizará la sesión solemne para decidir quién la presidirá en el período de enero de 2022 a enero de 2024. Dicho procedimiento se realizará de manera pública al transmitirse por las redes sociales institucionales, lo cual permitirá la observación ciudadana que es más inquisidora que lo que imaginan los políticos que gobiernan y aquellos que se frotan las manos apostándole al deterioro de la vigilancia del órgano autónomo.

Importa mencionar que en el período 2020-2022 la Comisión ha logrado darles un vuelco a sus resultados, de la mediocridad a la excelencia. Desterró el uso de vehículos de lujo y privilegios económicos para los comisionados, subsanó el viejo rezago en materia fiscal, regularizó el estatus de la plantilla laboral, logró tener un edificio sede propio, potenció como nunca antes el monitoreo ciudadano anticorrupción, estableció el Comité de Compras para transparentar sus adquisiciones y el sistema de Contrataciones Abiertas que permite concursar las plazas laborales disponibles.

Entre otros avances que tendrían que ser irreversibles, aprobó el Código de Ética y Conducta para quienes integran la institución, fue creado el micrositio “Monitoreo Anticorrupción” que le permite a la gente darle seguimiento a procesos de investigación por delitos contra las finanzas y bienes públicos, operó la migración de 110 mil solicitudes de información que se encontraban alojadas en el Sistema Infomex, hacia la Plataforma Nacional de Transparencia, pero lo que más avala el trabajo de los dos años recientes es el abatimiento del rezago en resoluciones sobre solicitudes de acceso a la información.

Pareciera que en 2020 empezó apenas el auténtico acceso a la información pública en Sinaloa, no obstante que en 2002 el Congreso del Estado aprobó la ley en la materia. Si bien es cierto que al ex Gobernador Juan Millán Lizárraga le corresponde el mérito de haber encarrilado a Sinaloa en la transparencia, en los mandatos de Jesús Aguilar Padilla y Mario López Valdez el desempeño de la función pública atravesó un cristal oscuro entre el gobierno y los ciudadanos. Por su parte, Quirino Ordaz Coppel al menos evitó interferir en la independencia de la CEAIP y permitió que la mayoría del Movimiento Regeneración Nacional en el Congreso del Estado eligiera a los miembros del órgano garante.

Sin embargo, ahora el que está en el momento de la prueba es el Gobernador Rubén Rocha Moya. Tiene a su favor que ha sabido integrar al servicio público a incuestionables perfiles de la lucha cívica como María Teresa Guerra Ochoa, Patricia Figueroa, Ricardo Jenny del Rincón, Sara Bruna Quiñónez y Óscar Fidel González Mendívil, entre muchos otros, lo cual aporta a la esperanza de que ese mismo criterio prevalezca para que al frente de la CEAIP esté el mejor evaluado conforme al trabajo realizado, no el que mayores “palancas” política posea para ser catapultado al cargo.

Hoy es una fecha crucial para la CEAIP y en sí para todos los órganos autónomos con que cuenta Sinaloa. ¿Cómo responderá Rocha Moya a ese resultado bianual que aparte de ejemplar exhibe lo que se dejó de hacer durante tres sexenios? ¿Permitirá que sus funcionarios impongan una presidencia por cuotismo o cuatismo, ganando un espacio para acomodar a los suyos, pero quitándoles a los ciudadanos la lupa que como nunca antes se ha potenciado contra la corrupción?

Es muy temprano para que el equipo de colaboradores del Gobernador convierta en disparate la gran expectativa creada por la Cuarta Transformación en Sinaloa. Urge que desaparezca la grotesca sombra de regímenes que le robaron a los ciudadanos todas sus trincheras y esperanzas. Y si no es ahora que la luz de la razón alumbre sobre el sinsentido, difícilmente ocurrirá después.

Veamos entonces si las sospechas se tornan presagios.

Necesita la CEAIP un muro,

Con el blindaje ciudadano,

Contra aquel modo insano,

Del Sinaloa tan oscuro.

Luis Guillermo Benítez Torres continúa en rebeldía contra el Gobernador. A la decisión que le corresponde tomar al Mandatario local que es que tiene el pulso y el mando sobre lo local, “El Químico” le sobrepone al Consejo Nacional de Salud como instancia para decidir si se realiza o no el Carnaval de Mazatlán. Es decir, le vale lo que pase con la fiesta del Rey Momo o con la salud de los mazatlecos; lo que le importa es resaltar su autoridad por encima de la de Rubén Rocha Moya. Tómense su tiempo, diputados, para ceñir al Alcalde al marco constitucional.