La escuela, otra vez 'LA ESCUELA'

LA TAREA NUNCA ACABA
    Respecto a las proyecciones del Inegi, Sinaloa registra un porcentaje de abandono escolar de 9.2 por ciento, algo así como 53,127 niñas, niños y jóvenes; dos estadios llenos de los tomateros de Culiacán. Sin embargo, la estimación era de 22 por ciento, 126,790 estudiantes, algo así como seis estadios de los tomateros y un tercio.

    El viernes pasado tuve oportunidad de comparecer ante la LXIV Legislatura en el Congreso del Estado. Lo hice porque es mi responsabilidad, pero también es mi convicción.

    Considero una fortuna poder explicarme y poner a prueba los razonamientos detrás de las decisiones tomadas durante este año de pandemia, al tiempo de 20 meses después.

    Intenté compartir con las y los diputados que, la escuela es la solución y no el problema. A pesar de la pandemia, en Sinaloa se tiene evidencia de la contención de los efectos más perniciosos vividos durante casi dos años en el ámbito educativo. Lejos de asumir un tufo triunfalista, es una convocatoria a no claudicar, una invitación a estar alertas porque el final de este fenómeno está aún muy lejos.

    Los expertos señalan tres tipos de efectos en materia educativa: el rezago educativo, el abandono escolar y el estrés socioemocional. En el primer indicador, de acuerdo con investigadores del Centro de Estudios Espinosa Yglesias (CEEY), de la Universidad de Nueva York y del Banco Mundial, nadie se salva de perder por lo menos un tercio de los aprendizajes (Ya hemos hablado sobre este estudio en mi entrega anterior en este mismo espacio). Por otro lado, el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) proyectó un abandono escolar de 10 por ciento cuando la pandemia tenía 7 meses; a los 18 meses replanteó su previsión, hasta 22 por ciento . Finalmente, la Universidad Iberoamericana habla de estrés y ansiedad en aumento en el conjunto de la comunidad educativa.

    La escuela sinaloense contuvo los efectos de la pandemia en los tres rubros señalados, eso no quiere decir que no se hayan resentido los efectos, pero sí que se logró evitar una catástrofe; la escuela lo logró. Aun queda mucho por hacer, pero esta es la historia.

    Utilizando el marco de referencia ideado por el Banco Mundial y puesto en marcha por el CEEY, realizamos una evaluación de aprendizajes mínimos indispensables por nivel educativo, primaria y secundaria, durante el mes de septiembre pasado; hoy sabemos que, nuestros alumnos no perdieron el ciclo escolar ni tampoco la mayoría del ciclo, aunque dejaron de aprender como lo hacían en modo presencial.

    Respecto a las proyecciones del Inegi, Sinaloa registra un porcentaje de abandono escolar de 9.2 por ciento, algo así como 53,127 niñas, niños y jóvenes; dos estadios llenos de los tomateros de Culiacán. Sin embargo, la estimación era de 22 por ciento , 126,790 estudiantes, algo así como seis estadios de los tomateros y un tercio.

    De una muestra de poco más de 40 mil niñas, niños y jóvenes en el estado, 8 de cada 10 se sienten apoyados por sus maestros; 8 de cada 10 se sienten optimistas respecto a la escuela; y, 6 de cada 10 se siente optimista con regresar a los presencial.

    Tres ejes fundamentales en el origen de los datos presentados con anterioridad:

    1. Estrategias focalizadas.

    a. La estrategia de vacunación realizada del 11 al 14 de mayo resultó fundamental. Se contó con el invaluable apoyo de la UAS, Sedena, IMSS, ISSSTE, Bienestar y SEP. En cuatro días se vacunó a 94.6 por ciento de la comunidad educativa.

    b. CCA. Cuando a inicios de este ciclo escolar el país entero se propuso recuperar la presencialidad en las aulas, en Sinaloa ya habíamos descubierto el hilo negro de abril a junio. Los Centros Comunitarios de Aprendizaje permitieron estudiar qué funcionaba y qué no en un regreso a las aulas. Se atendieron hasta 26 mil estudiantes en riesgo de abandono en 978 CCA.

    c. Reforzamiento académico. Se dio un seguimiento particular a educandos al momento del tránsito entre un nivel educativo y otro: 3º de preescolar, 6º de primaria, 3º de secundaria y 3º de preparatoria.

    d. Detección de alumnos en riesgo de abandono. La pandemia y sus efectos en un fenómeno social con implicaciones diversas, detectarlo en al aspecto educativo fue clave. Categorizarlos entre 1) no vinculados, 2) vinculados parcialmente y 3) bajo aprovechamiento fue determinante para impulsar diversas acciones, como los CCA, cartas a padres de familia (19 mil), flexibilización en las preinscripciones, replanteamiento de grupos escolares, implementación del instrumento de valoración de conocimientos básicos (VCB).

    e. Formación docente. Capacitar en habilidades socioemocionales a nuestros docentes, entender lo que ellos mismos estaban viviendo para fortalecernos todos y de ahí plantearnos la magnitud de los desafíos.

    Fuimos el primer estado en buscar ayuda de organismos especializado en el área, materializándolo a través de las alianzas con Google Educación y Atentamente.

    2. Conquistar la presencialidad

    a. Sinaloa no es México. Decir “Sí al regreso”, pero no como sea exigió proponer un camino. En nuestro estado nunca fueron convocados ni todos los maestros, ni todos los alumnos, ni todas las escuelas ni todos los grupos; todo lo contrario, fue un proceso, en el que la urgencia no se confundió con la prisa. Un regreso gradual, focalizado, tomando en cuenta el contexto, dándole la voz a las familias y dejando que la escuela decida; definitivamente, fue un regreso muy “al estilo sinaloense”, sin prisas pero sin pausa.

    b. Generar las condiciones. Recuperar nuestras escuelas está teniendo muchos costos, uno de ellos es financiero. Nada más en “pequeñas necesidades” como mobiliario, pintura, impermeabilizante o kits de limpieza se han invertido 14, millones 3 mil 549 pesos; sin tomar en cuenta los 3 millones de pesos destinados para el pago de deducibles en las escuelas que sufrieron un robo (284).

    3. Acompañar a la comunidad educativa.

    a. Certeza Laboral. La defensa del derecho a aprender de las y los niños va de la mano de la defensa de los derechos de sus maestros. De 2017 a 2021 se han basificado 14,782 docentes (más 500 a fin de este mes), 1.5 veces más que las basificaciones realizadas durante el sexenio anterior.

    b. Trayectorias docentes. Con todo y la pandemia, la asignación de plazas se mantuvo. Para este ciclo escolar, con vigencia hasta el 31 de mayo, más de 700 plazas para quienes aspiran ingresar al sistema educativo. Pueden verificarlo en: mieducacion.sepyc.gob.mx

    c. Cancelación-creación. En una medida que no se realizaba desde 2014, logramos optimizar el uso de plazas, para cancelar unas poco útiles y crean otras donde fueran necesarias. De 2019 a 2021 se crearon 2,338 plazas y 5, 706 horas; algunas de las categorías hacia donde se dirigieron son: misiones culturales, PRONI, Educación Especial y educación física.

    Nadie habría podido detener la pandemia que hoy continúa amenazándonos, aunque los gobiernos están obligados a no quedarse de brazos cruzados. La evidencia demuestra la necesidad de abrazar la escuela como un mecanismo para combatir las desigualdades sociales recrudecidas con este fenómeno. Mantener vivo el sueño de la escuela exige no dejar sola a su suerte a la comunidad educativa, defenderla, sobre todo, a partir de estrategias locales, centradas en Sinaloa para los sinaloenses. Que así sea.

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