La nueva mayoría

LETRAS DE MAQUÍO

Se acercan las elecciones más trascendentes en la vida política del País en lo que va de este siglo, es decir, en el México posrevolucionario. Hago la anterior aseveración porque jamás nos habíamos encontrado en una situación tan peculiar como la actual. Con los abusos de poder manifestado, en el dispendio y el derroche, por un lado, y el robo de elecciones recientes, por otro; el pueblo se ha cansado y requiere que renazca algún vestigio de esperanza. Esta solo se puede dar, cambiando una buena parte de los que dirigen al País para que el resto empiece a mejorar.

Vivimos en la era de la participación y todos, en la familia, en la empresa y en nuestras comunidades, tenemos la necesidad de ser tomados en cuenta para sentirnos parte activa y responsable de nuestro acontecer.

El próximo 7 de julio, la nación entera elegirá el total de sus Diputados (300 por elección directa y 100 de partido).

Además, cinco estados de gran importancia (Nuevo León, Sonora, Colima, Querétaro y Guanajuato) elegirán a sus gobernantes. El pueblo entero sabe el triste papel que jugaron los actuales legisladores, cuando en su reunión inaugural, el Presidente López Portillo los ninguneó anunciándoles la expropiación de la banca, cuando deberían ser ellos los que tomaran tal determinación, en caso de que así lo decidieran.

Posteriormente, ellos mismos tuvieron necesidad de reformar la Constitución para lavar la arbitrariedad que López Portillo, con su complicidad, había cometido.

En alguna ocasión, platicando con un Diputado priista de la actual Legislatura, este me confesaba que no más del 30 por ciento de ellos estaba de acuerdo con la medida. Y sin embargo aplaudieron.

La Cámara de Diputados necesita lavar la ignominiosa actuación que ha venido teniendo como comparsa y borregada del Presidente en turno. Quizá se requiera de un Aurelio Manrique o un Herminio Ahumada para que les ponga la muestra a aquellos que le deben su chamba al sistema y a sus jefes, en lugar de al pueblo. Por eso son tan importantes las próximas elecciones.

Por otro lado, todo indica que en Sonora y Nuevo León el PRI-Gobierno va a sufrir contundente derrota. Muchos millones del erario público se han gastado (o tirado) para vender la idea de que el PRI es México y que este se derrumbara si el partido oficial es derrotado.

Valdría la pena hacer un estudio para determinar cuánto se ha gastado el gobierno en obras, propaganda, fortalecimiento del partido, etcétera, en los estados de Nuevo León y Sonora, y compartirlo con una entidad como Colima, donde no tiene la misma amenaza. Acaban de anunciar la construcción de la Presa de Huites en Sinaloa (el año entrante habrá elecciones en este estado), que además le pasará agua a Sonora.

Indudablemente que esta presa es importante. Pero ¿qué tanto? como sinaloense pudiera quedarme callado por conveniencia, pero me pregunto: ¿se habrán jerarquizado las prioridades y las carencias? ¿O simplemente en este momento es necesario dar el aviso por razones políticas? Pronto lo estados carentes de oposición se dieron cuenta de que “El que no llora no mama”, y si organizaron para tener derecho a ser tomados en cuenta en las decisiones que se están llevando a cabo.

Pero volvamos a la cuestión política de tan importantes estados.

Sonora es una región agrícola y ganadera que sufrió en carne propia los excesos del poder en 1976, cuando Echeverría, sin importarle la Constitución, repartió gran parte del Valle Yaqui. Ante ese abuso de poder surgieron líderes como Adalberto Rosas y Carlos Amaya (ambos despojados de sus tierras con lujo de fuerza).

Ellos, junto con muchos otros, son los que están cuestionando el sistema y son los que habrán de infringirle al PRI su primera derrota en una gubernatura y harán que se respeten, porque el ladrón ya quedó al descubierto y todo México y el mundo entero estará pendiente de lo que ahí acontezca.

Nuevo León, nuestro estado industrial por excelencia, que creyó de buena fe en López Portillo y su gente, se endeudó en dólares porque así se lo pidió el Presidente. Resultado final: cuantiosísimas pérdidas cambiarías y casi quiebra total de las industrias regiomontanas.

Pero además Nuevo León posee una clase obrera madura que sabe pensar y discernir para darse cuenta de por qué México perdió la oportunidad de surgir como una nación desarrollada y, sobre todo, quiénes fueron los que nos vendieron al extranjero.

Por eso el pueblo de Nuevo León va a responderle a un Partido Acción Nacional, organizado y luchador que ha ido tapando todos los huecos al ladrón para que este no se robe las elecciones el próximo 7 de julio.

Sí, amable lector, dentro de 20 días los mexicanos tendremos oportunidad de actuar en una fiesta cívica de gran importancia y trascendencia. Habremos de crear, como nueva mayoría, un nuevo México más libre y responsable, más democrático. De ti y de mí depende, de nadie más.

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