La vacuna que trastornó a Mazatlán. Ineptitud de ‘El Químico’, otro virus

Hubiera bastado con observar la cadena de errores, negligencias y disimulos con la cual el Gobierno de Mazatlán ha respondido a la actual y persistente pandemia, para prever el caos generalizado que estalló el fin de semana en la jornada de vacunación, todo un enredo que patentizó que a toda acción fundada en la anarquía le corresponde una reacción igual de disparatada. Siendo así, que a nadie le extrañe la correlación entre el Alcalde negligente y la población pagando por las desidias.

Por eso el sábado 14 de agosto y el domingo 15 la viñeta desconcertante en el puerto daba la impresión de que un día antes había empezado el pánico por la enfermedad Covid-19 y que todos, mazatlecos y gobernantes, no sabían qué hacer. Los 18 meses de devastación pandémica, contados a partir de febrero de 2020, fueron borrados al empezar de cero el operativo de vacunación. Largas y desordenadas filas, desmayados, disputas de turnos, pernoctas y agotamiento de la sustancia inmunizante constituyeron la peligrosa mezcla de desesperación en unos y torpezas en otros.

Lo que no empezó en esos días fue la táctica de desprenderse de responsabilidades para echársela toda, completa, a la gente. Durante año y medio el Alcalde Luis Guillermo Benítez Torres ha dejado el peso de las culpas a cargo de los habitantes e inclusive los yerros propios los arroja a la espalda de la ciudad ya cansada de ineptitudes y fingimientos. Dramatismos aparte, persiste la indolencia sustentada en la certeza de que nadie responderá por ella.

En 500 días trasmutó el apocamiento del edil que flexibilizó las medidas de contención de la pandemia al grotesco sheriff que decidió imponer el pasaporte sanitario que permite a algunos ciudadanos transitar libremente, mientras a los demás les cancela tal garantía constitucional, pero siguió decretado como al principio la bienvenida a los turistas, el acceso a los estadios y el desdén al confinamiento al mismo tiempo que el virus se beneficiaba de tan cerril mentalidad.

Desde antes a la Secretaría de Salud del Gobierno del Estado le preocupó el bajo nivel de vacunación en Mazatlán y en el ámbito de su competencia consiguió las dosis para rezagados, personas de 18 años en adelante y mujeres embarazadas, con el propósito de nivelar a Mazatlán en el programa estatal anticoronavirus. Al Presidente Municipal le correspondió organizar la aplicación del medicamento según el calendario y protocolo definidos.

Pero cuando los mazatlecos se decidieron a aplicarse el suero inmunizante aquello se convirtió en un desgarriate que refrendó la improvisación característica de “El Químico”, que a su vez delata la táctica de resolver los problemas hasta que estos entran a la fase crítica. Y va de nuevo: las autoridades municipales al ser patentizadas en la cortedad de miras acuden al tradicional lavatorio de manos, endilgándole la pusilanimidad a la gente, como si la operación sanitaria fuera la mejor organizada del mundo.

Ahí está el informe del caos, desde el viacrucis que vivieron los mazatlecos para poder protegerse del virus SARS-CoV-2, hasta la intervención de corporaciones policiacas y de emergencia para evitar que el dislate degenerara en crisis irremediable. Nadie lo ha inventado y es la autenticidad la que da cuenta de la continua incapacidad de “El Químico” ante el fenómeno endémico que lo reta a ser más líder y menos bufonesco.

Que lo desafía a tener al alcance las soluciones y respuestas para cada crisis e imponderable, así como como siempre tiene a flor de labios la palabra precisa de su postura contestataria, pleitista. Adquirir los tamaños para plantarse en el cargo que desempeña gracias al apoyo popular que lo relanzó al segundo período de gobierno, no obstante que la secuela de errores indica lo inelegible que pudo ser. Actuar como el mazatleco de carne y hueso, el patasalada común y corriente, distante de la diadema mesiánica que no es más que otra alucinación de la locura del poder

Cómo le hace falta a Mazatlán el guía social que inspire confianza y funde la estabilidad en ese pacto franco entre gobernantes y gobernados. Le urge a la Cuarta Transformación trasladar a la Perla del Pacífico los compromisos y convicciones plasmados en la carta fundacional y relegados por políticos presas del espejismo de la deidad convertido en estilo de gobierno. Qué bien le iría a la tierra de venados si el Presidente Municipal quisiera ser el promotor del mejor tiempo que se haya vivido.

Habrá que esperar más tiempo. Por lo pronto en Mazatlán fue recalcado el fin de semana ese modelo de conducción social que acentúa lo frívolo y desestima lo fundamental. Persiste el desprecio profundo hacia los derechos y aspiraciones de la colectividad, a no ser que se le necesite para legitimar los desplantes del político en funciones de Alcalde que ama la pachanga y el borlote, prefiere reinar entre tempestades y detesta las garantías que en lo individual o como conjunto humano tienen los ciudadanos.

Una consulta que respalde,

Aplicarle la vacuna,

Que haga bajar al Alcalde

De los cuernos de la luna.

Como parte de la rumorología que esparce cada interesado en abordar por las buenas o por la fuerza el boyante barco de la 4T, corre fuerte el rumor de que Serapio Vargas Ramírez no alcanzará a protestar como diputado del Movimiento Regeneración Nacional en la 64 Legislatura del Congreso del Estado próxima a entrar en funciones, ya que tiene asegurado el cargo de Secretario de Agricultura en el Gabinete de Rubén Rocha Moya. ¿Ahora sí se le alinearon todos los astros al controversial dirigente campesino que ha buscado en todos lados su buena ventura política y nunca la ha encontrado?