Las cuentas chuecas de los 18 alcaldes
El Congreso: tapar cloacas o limpiarlas

Como los tiempos traen tiempos, la nueva era donde el Movimiento Regeneración Nacional retiene medio control del Congreso del Estado, y la mayoría simple agregando a los diputados aliados del Partido Sinaloense, está frente a la temprana prueba de fuego para determinar las sanciones que les corresponden a los alcaldes ideológicamente afines de Culiacán, Mazatlán, Ahome, Guasave y Navolato cuyas cuentas públicas de 2019 fueron rechazadas por la Comisión de Fiscalización de la recién instalada 64 Legislatura.

Al desechar los informes sobre el ejercicio presupuestal de los 18 municipios, entre éstos Choix, Ahome, Guasave, Culiacán, Navolato, Mazatlán y Escuinapa donde Morena gobernó el año sujeto a la fiscalización, será calada la bancada que preside Feliciano Castro Meléndrez en materia de transparencia auténtica o rendición de cuentas maleable, según sean cuates o enemigos políticos los ediles bajo la lupa.

O bien está por verse si operarán los acuerdos para dejar pasar irregularidades de todos, ya sea con la ayuda del Partido Revolucionario Institucional cuyos alcaldes en El Fuerte, Sinaloa, Angostura, Salvador Alvarado, Badiraguato, Cosalá, Elota y Concordia también resultan reprobados en los informes de la Auditoría Superior del Estado, o con el auxilio del PAS a cargo de los Ayuntamientos de Mocorito y Rosario. El Partido Verde, que gobernó en San Ignacio, no sirve en la eventual concertacesión porque no ocupa ninguna curul en la actual configuración camaral.

Estamos ante uno de esos vuelcos necesarios e interesantes que resulta de la acción electoral con la pertinencia de conocer la catadura de las siglas políticas medidas en circunstancias diametralmente distintas. La costumbre priista en condición de “aplanadora” legislativa fue la de repartir impunidad a diestra y siniestra entre los suyos, mientras la oposición entonces marginal defendía la aplicación de la ley al margen de licencias para robar.

Como antecedente recordemos que la anterior Legislatura, la número 63, también rechazó los informes de revisión del gasto a 17 municipios, correspondientes a 2018, excepto el de Rosario que requirió de mayor análisis al empatarse en dos ocasiones las votaciones. La concerniente al Gobierno del Estado de ese mismo año salió adelante a pesar de lo cerrado de la pizarra parlamentaria con 20 votos por aprobarla y 19 por objetarla.

Sin embargo, la coyuntura presente contiene varios puntos que merecen la atención ciudadana. Habrá que ver con quién hace alianza el PAS para defender las cuentas de Mocorito y Rosario, alcaldías que ganó en 2018. ¿Irá en bloque con Morena, su actual asociado, o con los partidos que lo acompañaron en aquella fórmula “Por Sinaloa al Frente”? ¿Los pactos legislativos actuarán compactos o habrá modificaciones según circunstancias y emergencias?

Una acotación pertinente: las mancomunidades políticas que ahora funcionan en el Congreso nada tienen que ver con las que operaron hace tres años. En aquella elección compitieron coaligados PAS, PAN, PRD y MC, mientras que Morena, PT y PES fueron en mezcla de “Juntos Haremos Historia” y PRI, PVEM y Nueva Alianza en “Todos por México”. En la más reciente, de 2021, se unieron Morena con el PAS, PRI con el PAN y PT, al mismo tiempo que el Verde, PES y MC se presentaron solos.

Por esas amalgamas tan variables y sui géneris nadie dé por nula la posibilidad de que inclusive entre Ricardo Madrid, coordinador de los diputados del PRI, y Feliciano Castro, líder del ala legislativa de Morena, logren los arreglos para juntos sacar adelante las cuentas públicas de 15 municipios que les atañen. Nada descartable sería, por más descabellada que fuera la operación impunidad, que fuésemos testigos de que morenistas y priistas realicen más amarres y desamarres que los que hace una escapista de circo pueblerino.

Por lo pronto, el manejo irresponsable de recursos públicos es la anomalía generalizada en los ayuntamientos y tal desaseo en las finanzas los hace iguales a morenistas, priistas, pasistas, panistas y de todas las siglas. También la historia exhibe a los alcaldes en la hipocresía de gritar “¡ahí va el ladrón, agárrenlo!” cuando andan buscando los cargos de elección popular y la evasión de responsabilidades al ser ellos los están en el banquillo de la rendición de cuentas.

Esto es lo que observará la lupa ciudadana en las semanas próximas. El Congreso del Estado dedicándose a tapar los albañales conforme sean los partidos a los que pertenecen los alcaldes cuyas cuentas públicas fueron reprobadas, o al fin instaurando los procedimientos legales como escarmiento para que cualquiera, sean tirios o troyanos, entienda que el dinero del pueblo debe mantenerse alejado de tentaciones y codicias corruptas.

Diputados, échense el jale,

De ponerles camisas de fuerza,

A alcaldes que la ley les vale,

Para que ninguno la ley tuerza.

Para nada valoró Luis Guillermo Benítez Torres la posibilidad de suspender su viaje de placer, embozado como visita de trabajo, a McAllen, Texas, el mismo día que los vientos y lluvias del Huracán Pamela le pegaron fuerte a Mazatlán. Indolente ante las dificultades que viven los mazatlecos, le viene a la medida la frase “la indiferencia hace sabios y la insensibilidad monstruos”, del filósofo francés Denis Diderot. Seguro él de que es intocable por la protección que le da el Presidente Andrés Manuel López Obrador, para la historia será como cualquier hoja seca del árbol de la intrascendencia, que el menor aire hará caer.