Las posibilidades de una transición concertada

ALDEA 21
    El mapa político a constituirse en los próximos meses, reconfigura el escenario con nuevos protagonistas que sustituyen a una generación que estuvo al frente del servicio público y de las candidaturas del PRI, el PAN y el PRD

    Se acerca el día de la transición del Gobierno estatal de Sinaloa, igual para los 18 municipios, la Cámara de diputados federal y el Congreso del Estado, aunque en algunos casos de reelección podrían ser más bien de reinicio o continuidad, como en algunas diputaciones locales, federales y de municipios como Mazatlán y Culiacán.

    Después de una elección histórica y también polémica por los desencuentros de violencia electoral el día de la elección, todo indica que se llevará a cabo una transición sin mayores inconvenientes o dificultades.

    Los primeros en tomar posesión serán los diputados federales el día 1 de septiembre como parte de la Legislatura número 65 del Congreso de la Unión, posteriormente el 1 de octubre los diputados locales en la 64 Legislatura del Congreso del Estado y el 1 de noviembre el Gobernador y las y los alcaldes junto con los miembros del Cabildo.

    Las expectativas para este nuevo periodo político y administrativo, se mantienen en una esperanza con ciertas reservas, sobre todo después de varias decepciones en al pasado, aunque las características para esta ocasión podrían marcar la diferencia.

    El mapa político a constituirse en los próximos meses, reconfigura el escenario con nuevos protagonistas que sustituyen a una generación que estuvo al frente del servicio público y de las candidaturas del PRI, el PAN y el PRD. Hoy les toca estar del otro lado, un lugar en el que tendrán que aprender a lidiar como oposición.

    En el caso del PRI, a pesar de la derrota, es un partido que mantiene una presencia y una experiencia aún vigentes, un capital político que deberá de reflejarse principalmente en tres espacios en los que mantendrá contacto y representación con los electores: el Congreso del Estado, los cabildos en los ayuntamientos y desde del propio partido en su estructura formal y territorial.

    La misma suerte tendrá el PAN y lo que queda del PRD, así como del resto de la oposición representada en el PT, el MC y Verde Ecologista. Renovarse o quedarse con las mismas y viejas prácticas será una decisión importante para estos partidos.

    Uno de los retos principales de la oposición será su capacidad y voluntad política para articular, con mucha mayor proyección y claridad, un proyecto de oposición alternativo que inicia con la refundación de sus institutos y una redefinición de la participación de sus diputados, regidores y dirigentes de partido.

    Los partidos de oposición tendrán que recuperar su voz política, moral y cívica ante el desprestigio de gobiernos corruptos y una partidocracia que se alejó de su militancia. Su oportunidad se centra ahora en reencauzar sus propósitos para que ponderen las reivindicaciones de la población y del nuevo valor cívico que deberá representar la política, poniendo énfasis en los intereses de la ciudadanía y sus comunidades.

    Por su parte el Partido Sinaloense, suma victorias en las derrotas recuperando lo perdido y aprendiendo de las equivocaciones. Ante esta circunstancia el PAS se coloca, por el momento, como el segundo partido político más importante.

    En lo que corresponde a Morena, su situación sigue siendo la misma en tanto no se estructure como un partido. En los últimos tres años que se mantuvo en pausa su conformación, se desestimaron sus capacidades como organización y se estableció una relación vertical de disciplina con la dirigencia nacional. Se cree que ahora bajo la figura de liderazgo del Gobernador electo Rubén Rocha Moya, Morena tendrá por fin una verdadera estructura de partido con nombres y apellidos.

    El escenario geopolítico de los partidos en Sinaloa, ofrecen la alternativa de transitar bajo criterios de un gobierno de acciones concertadas, en el entendido de una transición en el concierto de los acuerdo entre las fuerzas políticas, sociales y económicas de la entidad.

    El desafió histórico de la alianza entre Morena y PAS, consistirá en cumplir con la responsabilidad de echar andar un proyecto de gobierno que le brinde mayor significado a la vida pública, garantice una relación de cogobierno con la sociedad y logre concertar con la oposición la coincidencias para conseguir ese bienestar común que tanto se anhela y se promete en campañas y discursos de toma de posesión desde hace más 100 años en nuestro país.

    Para lograr tales propósitos, será indispensable desechar viejas prácticas todavía presentes, incluso en ayuntamientos de Morena, como el nepotismo, el uso patrimonial del poder, el revanchismo político, el tráfico de influencias y la falta de vocación en servidores públicos.

    La señal que determine la suerte política de las instituciones de gobierno, surgirá, como es costumbre, desde la conformación del gabinete y el anuncio de su plan estatal de desarrollo.

    Existe la convicción de muchos simpatizantes del doctor Rubén Rocha Moya, que su trayectoria como candidato surgido de la izquierda y su colaboración con gobiernos neoliberales, será más una fortaleza y no una debilidad para lograr un proyecto unificador, en el que se contempla por primera vez, una alianza con fuerzas políticas y académicas de la Universidad Autónoma de Sinaloa, lo cual la hace una circunstancia de gran oportunidad y diversidad en sus posibilidades.

    Hasta aquí mi opinión, los espero en este espacio el próximo viernes.

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