México: emociones
y política

Lo que quiso decir
24/10/2025 04:02
    El balance emocional arroja 75% de emociones negativas frente a 19% de positivas. Estamos frente a México triste con una sociedad donde las emociones negativas duplican a las positivas.

    El Laboratorio de Innovación e Investigación Social Aplicada (LISSA), en colaboración con Áltica y El Instituto, llevó a cabo, bajo una nueva metodología, su primer estudio nacional sobre emociones y política.

    En la primera semana de octubre de 2025, se realizaron 2000 entrevistas en línea, a nivel nacional, para evaluar el clima político del país y sus implicaciones conductuales, específicamente en el ámbito electoral y de consumo.

    La fotografía muestra que, ante la situación que atraviesa el país, por un lado, 39% de la población declara sentirse triste y 36% enojada, y sólo 15% dice estar tranquila y 4% alegre; el 6% se muestra indiferente.

    El balance emocional arroja 75% de emociones negativas frente a 19% de positivas. Estamos frente a México triste con una sociedad donde las emociones negativas duplican a las positivas.

    Los ciudadanos anclan su estado emocional a su identidad partidista. Entre los simpatizantes de Morena aparece una mezcla inusual: tristeza (39%) y tranquilidad (32%), conviven con alegría (10%) y enojo (10%).

    Los ciudadanos identificados con partidos de la oposición (PAN-PRI-MC) están dominados por el enojo (51% promedio entre los tres grupos) y la tristeza (44%), con casi nula tranquilidad.

    Y los no se identifican con ningún partido, comparten el enojo (52%) de la oposición, pero con más tristeza (35%) e indiferencia (6.3%).

    En resumen: el morenista medio está melancólico, pero muestra tranquilidad; el opositor, está indignado; el apartidista, indolente y frustrado.

    Por nivel socioeconómico las clases baja y media-baja, están triste (41–43%) y enojado (34–40%), esto, de acuerdo al estudio, refleja precariedad, inseguridad y expectativas incumplidas.

    En la clase media también predominan la tristeza y el enojo (36% en ambos casos). En la media alta desciende la tristeza (35%) y crece la tranquilidad (23%), mientras que entre la clase alta predomina el enojo.

    Por sexo, la mitad de las mujeres dice sentirse triste, mientras que el 30% expresa enojo ante la situación del país. Y los hombres manifiestan su malestar como enojo (42%), y el 27% como tristeza. El 21% muestra tranquilidad.

    Todos los grupos etarios expresan mayoritariamente emociones negativas, como tristeza y enojo. Los jóvenes de 18-29 años destacan por ser lo que más indiferencia muestran ante la situación del país en comparación con el resto de grupos.

    Entre personas de 30-44 años, las emociones positivas son más bajas que en el resto de las edades y es donde más dominan la tristeza (48%) y el enojo (35%). Entre 45-59 años, la gente expresa 33% de tristeza y 35% de enojo, con un 20% de tranquilidad.

    Los adultos mayores son el grupo que más siente alegría (9.3%) y tranquilidad (27%), aunque siguen predominando la tristeza (25%) y el enojo (37%).

    Los datos del estudio revelan una paradoja. Cuando se pregunta por la situación económica comparada con la de los padres, 64% dice vivir mejor y solo 30% peor.

    Ahora seis de cada diez mexicanos viven mejor que sus padres, pero tres de cada cuatro se sienten tristes o enojados. La tristeza no viene solo de la pobreza, sino de la frustración relativa: de ver progreso sin justicia, bienestar sin seguridad, crecimiento sin comunidad. No sufrimos por carencia, sino por comparación.

    Hemos avanzado materialmente, pero no simbólicamente: falta sentido, propósito y horizonte común. Y esa brecha entre bienestar material y bienestar emocional será el nuevo campo de batalla política, plantea la investigación.