En México vamos por el segundo aniversario del dominio implantado por el coronavirus y debido al repunte encendido por la variante Ómicron y la imprudencia social, así como por la torpe reacción gubernamental, ya nos enfilamos sobre la ruta de un año más de incertidumbre y preocupación, circunstancias que esperamos, no se conviertan en una estela de dolor y luto.

    Según apuntan las noticias, el jueves 9 de enero del 2020, se registró la primera víctima de la pandemia que vino a cambiar nuestro estilo de vida, un par de años atrás. El fallecimiento se dio en la ciudad china de Wuhan y las autoridades del gigante asiático, al estilo mexicano, reservaron la identidad del fallecido.

    En México vamos por el segundo aniversario del dominio implantado por el coronavirus y debido al repunte encendido por la variante Ómicron y la imprudencia social, así como por la torpe reacción gubernamental, ya nos enfilamos sobre la ruta de un año más de incertidumbre y preocupación, circunstancias que esperamos, no se conviertan en una estela de dolor y luto.

    Especulaciones nada alentadoras que se ven acrecentadas por la actitud “del no pasa nada” tomada por las autoridades federales y por la lentitud con la que se está moviendo la campaña de vacunación, la cual, ha alcanzado, del objetivo de cobertura poblacional, el 57 por ciento de vacunados con dosis completa y un porcentaje mucho menor con aplicaciones de refuerzo. Para no variar, la burocracia ha sido factor importante para el lento caminar de la jornada nacional de vacunación, lo cual, abre la puerta para que el Ómicron se extienda rápidamente entre la población, con afectados que pueden romper la hipótesis de que la variante de moda no es tan agresiva como sus antecesoras. Esperemos que no, pero por lo pronto, en instituciones como el IMSS ya hay registro de pacientes que lidian con la enfermedad en el cuarto piso.

    Además de continuar mandando gente al encierro médico, el coronavirus, como se sabe, le pega con rencor a distintas actividades, entre ellas, la escolar y la económica.

    Por ahora, en Sinaloa se ha pospuesto el reinicio del ciclo escolar 2021-2022, hasta el 17 de mes en curso, echando por la borda el entusiasmo de la chiquillada que suspiraba por el regreso a las aulas, a la tan necesaria presencialidad para el mejor aprovechamiento escolar, y por supuesto, a la necesaria convivencia social; a la presencia en el aula, para dejar atrás el programa de enseñanza virtual, para el cual, de entrada, las escuelas públicas no cuentan con la infraestructura necesaria para su óptimo desarrollo, y lo poco que hay, queda en manos de una planta docente sin el manejo de las técnicas necesarias para llegar con mayor esencia a los educandos, lo cuales, tampoco tienen, en la mayoría de los casos, las herramientas necesarias para lograr un mejor aprovechamiento, Y por si esto fuera poco, los alumnos en su mayoría carecen de la supervisión de sus padres, ya que estos salen a corretear la chuleta, y por qué no decirlo, muchos de ellos no cuentan con la preparación escolar suficiente para coadyuvar en la enseñanza de sus hijos.

    El sistema de educación pública de nuestro país, está transitando por uno de sus peores momentos de la historia y lo mismo sucede con no pocas instituciones de educación privada. Todo envuelto, para no variar, en la simulación de resultados positivos.

    Por otra parte, en el sector productivo empieza a correr la incertidumbre respecto a la consolidación de la recuperación ante la eventualidad de la baja de flujos en las actividades ancla de cada entidad, como es el caso del turismo en los destinos vacacionales, en los cuales, empresarios y trabajadores hacen changuitos para que no empiece la cascada de cancelación de reservaciones, circunstancia que puede atenuarse si las autoridades realizan un buen manejo respecto a la información de la pandemia. El qué y el cómo se operan en el destino, las medidas preventivas establecidas para atenuar las posibilidades de contagio.

    Para lograr lo anterior, se requiere de una coincidencia institucional entre los tres niveles de gobierno, circunstancia que no se está dando en Mazatlán, ya que el Alcalde, en una torpe percepción de la autonomía municipal, se está manejando con un equivocado absolutismo que da nota a nivel nacional, pero para mal, lo cual deja muy mal parado al municipio, al crear una imagen de desorden gubernamental ¡Buenos días!

    Periodismo ético, profesional y útil para ti.

    Suscríbete y ayudanos a seguir
    formando ciudadanos.


    Suscríbete
    Regístrate para leer nuestro artículo
    Esto nos ayuda a identificarte mejor al poder ofrecerte información y servicios justo a tus necesidades al recibir ayuda de nuestros anunciantes.


    ¡Regístrate gratis!