El éxodo migratorio tiene causas profundas, es el resultado central de la pobreza endémica que se ha extendido, desde hace muchos años, en esa región de nuestro continente. En la actualidad se vislumbra una tenue esperanza de que por fin se logre una solución que contribuya a resolver el fondo del problema migratorio, con medidas que atiendan las causas que generan la migración.

    La política exterior de México concita el respeto de los países del mundo. Su apego a los principios de no intervención en los asuntos internos de las naciones y la solución pacífica de las controversias cuenta con el reconocimiento unánime de los pueblos.

    Eso quedó demostrado en la reunión de los presidentes y ministros de América Latina y el Caribe, reunidos en la Ciudad de México, el 18 del presente mes, donde se alcanzaron importantes acuerdos para impulsar el desarrollo de los países latinoamericanos en temas fundamentales como el medio ambiente, salud, y desarrollo económico, entre otros, que sin duda producirán beneficios a los pueblos y contribuirán a detonar el desarrollo que tanto anhelan los ciudadanos de América y el Caribe. El Presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, pronunció un histórico discurso en dicho evento, bien recibido por los dignatarios presentes en esta reunión de carácter continental.

    Otro asunto relevante, que ha producido mucha tensión en la frontera sur de nuestro País, son los gruesos contingentes de migrantes haitianos y centroamericanos que pretenden cruzar México en su aspiración de llegar a los Estados Unidos; por su seguridad se les retiene en cruces de los límites de Chiapas y Guatemala. Existen experiencias dantescas, ocurridas con migrantes a manos de grupos del crimen organizado en su periplo por el territorio nacional, razón por la cual México ha tomado medidas precautorias para proteger las vidas de los migrantes. Con esa preocupación, el Presidente Andrés Manuel López Obrador resolvió plantearle al Presidente Joe Biden, de los Estados Unidos, una propuesta de fondo para atenuar el flujo de migrantes que nos parece sumamente interesante y que contribuiría de manera preponderante a resolver el problema migratorio.

    El fondo de la propuesta mexicana es reducir la brecha entre el norte y el sur, cuyas desigualdades económicas impulsan a masas empobrecidas a emigrar hacia el norte, buscando mejores oportunidades. Haití, por otra parte, es el país más pobre y menos desarrollado del continente, a cuyos males económicos hay que agregarles la crisis política de ingobernabilidad y el impacto de la pandemia y los desastres naturales.

    Como se dice en la jerga deportiva, el balón está en la cancha de nuestros vecinos del norte, si se acepta la propuesta de nuestro Presidente, se daría un paso de suma trascendencia por parte del gobierno de Estados Unidos para resolver el problema del éxodo masivo, un problema con muchas implicaciones sociales, al cual debe buscarse una salida de largo alcance, que resuelva las causas que lo originan. El Presidente de México ha manifestado su disposición de cooperar en la solución del problema migratorio. Esperemos que las cosas marchen por buen sendero, concretándose una solución duradera en beneficio de las partes involucradas.

    El éxodo migratorio tiene causas profundas, es el resultado central de la pobreza endémica que se ha extendido, desde hace muchos años, en esa región de nuestro continente. En la actualidad se vislumbra una tenue esperanza de que por fin se logre una solución que contribuya a resolver el fondo del problema migratorio, con medidas que atiendan las causas que generan la migración. Creemos que en ese sentido la propuesta del Presidente López Obrador, formulada a Estados Unidos, tiene mucha viabilidad y, de ser aceptada por nuestros vecinos norteños, se daría un paso histórico. El Presidente Joe Biden tiene en sus manos la solución de un problema de larga data. Veremos qué sucede.

    Volviendo a las repercusiones de la reunión, verificada en la capital de nuestro país, de presidentes y ministros de América Latina y el Caribe -la Celac-, las resoluciones que se tomaron nos parecen de suma importancia para sus pueblos, además en un momento muy oportuno, cuando se empieza a expresar un nuevo despertar ciudadano en América Latina, buscando con entereza soluciones a los retrocesos que sufrieron por los gobiernos neoliberales. Cada día, los pueblos de América Latina cobran mayor conciencia del mal que causaron esos gobiernos en todo el continente americano.

    Los ciudadanos de todos los estados nacionales integrantes de este continente buscan la unidad de sus pueblos, para hacer realidad el sueño de Simón Bolívar y de todos los próceres que lucharon por la justicia y la libertad de sus pueblos.

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