Qué delicadito nos salió

    Si quieren ser servidores públicos más les vale meterse en su pequeña cabecita que van a ser sujetos de críticas, verdaderas, falsas, constructivas o destructivas, pero, sean de la naturaleza que sean, la SCJN les ordenó aguantarlas.

    Para no variar, nuestro flamante Alcalde se acaba de aventar otra de sus absurdas declaraciones a medios.

    Ahora salió con que se siente ofendido y amenaza con demandar por daño moral a quienes según él, lo atacan sin justificación. En pocas palabras, salió muy delicadito el amigo.

    Para información de “El Químico” y de cualquier otro servidor público delicadito, es conveniente que sepan que, desde hace años la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) decidió que los servidores públicos tienen el deber de tolerar un grado mayor de intromisión en su vida privada y no solo eso, sino que también tienen el deber de soportar todas las críticas que les hagan.

    Lo anterior, dijo la SCJN, porque al ser servidores públicos eligieron voluntariamente quedar expuestos a críticas de todo tipo.

    En pocas palabras, si el Alcalde quiso ser servidor público, ahora tiene que aguantar todas las críticas que le hagan, fundadas o infundadas.

    Todo servidor público debería consultar con un abogado antes de aventarse declaraciones como las que refiero, para evitar decir tonterías.

    Con gusto le daría los datos de la Tesis de Jurisprudencia de la SCJN, pero de perdida que la busquen los abogados de “El Químico” para que desquiten lo que les están pagando.

    Dicen por ahí que el que se lleva se aguanta y trasladado esto al tema del servicio público, quien quiso ser servidor público se lleva y se tiene que aguantar.

    Así, anticipo un fracaso total en las demandas por daño moral con que amenaza el Alcalde a sus críticos.

    En tribunales solo va a hacer el ridículo, pero no es nada nuevo porque viene haciéndolo desde el anterior trienio.

    El Alcalde ya intentó una vez frenar al Observatorio Ciudadano de Mazatlán (OCM) por compartir en medios información pública obtenida legalmente.

    Envió un par de oficios que destilaban rencor y molestia tanto al OCM como a su director.

    Ambos acudieron al amparo, lo ganaron y los oficios que envió “El Químico” no pasaron de ser unas rabietas de niño mimado.

    Si quieren ser servidores públicos más les vale meterse en su pequeña cabecita que van a ser sujetos de críticas, verdaderas, falsas, constructivas o destructivas, pero, sean de la naturaleza que sean, la SCJN les ordenó aguantarlas.

    Que no nos salgan tan delicaditos, total, si no aguantan las críticas pues que renuncien, se pongan pomada de La Campana o se tomen un té de tila para los nervios, pero que dejen de andar con ridiculeces como amenazar con andar demandando por daño moral.

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