Tigres de papel

No todo lo que puede ser encarado puede ser cambiado, pero para cambiar algo hay que encararlo primero.

Los medios hacen gran escándalo de estas dos amenazas vigentes: que todo el sistema financiero global se derrumbará, advierten, arrastrado por esos dos colapsos.

Sin embargo, algunos analistas opinan que estos dos “graves peligros” serán disipados en el último minuto por los respectivos ogros filantrópicos con el manido argumento del “too big to fail”: el gobierno chino rescatará al gigante inmobiliario, sumando otro zombie a su cartera luego de asustar a medio mundo; y el gobierno gringo elevará el techo de la deuda como siempre (van casi cien veces que lo hace desde su creación en 1917) una vez que concluyan los tironeos secretos entre congresistas demócratas y republicanos, empatados en el Senado.

Una vez conjurados ambos mega amagos, será business as usual hasta la próxima emergencia... que algún día será la final.

El Ricardo: “No es razonable equiparar un óvulo fecundado con un ser humano. Se puede aceptar que un óvulo fecundado es un ser humano en potencia. La diferencia entre una cosa y la otra tiene mucho alcance. Una semilla de roble es un árbol en potencia, pero no es un roble. Sería injusto castigar de la misma manera a quien quema una semillas de roble, que al que tala un roble”.

El Gerardo: “Este es un debate esencial. Me gustaría agregar tres precisiones: 1o. Como lo demuestro con el caso emblemático de Pasolini, no se necesita ser creyente religioso para estar contra el aborto y esto es muy importante. 2o. La Suprema Corte de Justicia, servil a lo ‘políticamente correcto’, prepara ahora un atentado infame contra la verdadera libertad individual al proponerse acotar el derecho a no participar en un asesinato de un ser vivo, por parte del personal médico y sanitario, por razones de objeción de conciencia. 3o. Creo que Jorge Volpi es una figura pública y no se debió quitar su nombre como referencia de quién dice que es ‘fascista’ quien se opone al aborto. Es que a mí me pasa que me molesto cuando en un escrito ponen una referencia vaga y me distraigo pensando de quién chingaos se trata. En México somos muy simuladitos y es uno de los grandes defectos de este país.”(Yo prefiero no mezclar discusiones, metiendo nombres que pueden desviar el debate y hacer que caigan en argumentos ad hominem.)

Hace casi cuarenta años, mi amigo y maestro Antonio Haas proponía en su columna de los jueves en el “Excélsior” que el esquizoide PRI (que pretendía albergar dentro de su seno a todas las tendencias políticas, desde oligarcas solapados hasta guerrilleros marxistas encubiertos, pasando por la inevitable muchedumbre de ambiciosos comunes) se dividiera en dos partes ideológicamente coherentes: los revolucionarios (estatistas o progres) por un lado, y los institucionales (conservadores) por otro. Hoy se le presenta al PRI (bueno, lo poco que queda de él: la otrora “dictadura perfecta” hace rato que perdió ambas calificaciones) la misma exigencia lógica. Hay priistas que tiran en ambas direcciones, ferozmente: apoyar al oficialismo o apoyar a la oposición. ¿De qué lado se irá finalmente como partido? ¿Quién se quedará con esa apetecible franquicia: los transformadores o los fifís?

Un liberal-libertario (definición muuuuuuy laxa y discutible) es un creyente en la libertad y la tolerancia, sobre todo individual pero también social, y la propiedad privada. Una obvia excepción (hay muchas más) es la estructura condominal real. No conozco ninguna que, dejada al puro arbitrio de sus condóminos, sea eficaz, eficiente, paritaria, respetuosa. Independientemente de su tamaño (seis condóminos, veinte, 50, cien o más) y de su historia (diez o veinte o cincuenta años). Siempre hay desorden en las cuentas, y condóminos gandallas que se niegan a pagar, o pagan menos de la cuota mensual, por cien pretextos; y eso, los que “portan bien” (los que “se portan mal” van del abuso a la delincuencia sin más).