Pedro Adrián repartió la primera edición de Noroeste, cuando era el único periódico a color en Culiacán

CULIACÁN._ El 8 de septiembre de 1973 salió la primera edición del Periódico Noroeste en Culiacán, misma que fue regalada al público.

Ese día, Pedro Adrián inició con la historia de esta casa editorial. Salió a las calles a ofrecer el periódico, el único que salía a color en ese entonces en el municipio.

La primera edición se entregó de manera gratuita al público, ya después en ese entonces un ejemplar costaba 80 centavos y se imprimían por día alrededor de 2 mil 500.

El señor Pedro, en la sala de casa, presume un reconocimiento por 13 años de labor, el cual está fechado en el año de 1986 y además recuerda una moneda de oro que le regalaron, la cual después de momentos de necesidad tuvo que vender.

Por más de 13 años realizó esta labor en la que sumó muchas anécdotas y experiencias.

Recuerda que un día antes de iniciar como encargado de repartición del periódico, se enseñó a manejar una camioneta.

“El periódico salía a las 2:00 de la mañana, desde tempranito tenía que andar trabajando”, comenta.

“El primer día yo tenía que andar buscando chamacada para vender periódico, yo ya conocía gente que vendía, y les dije que Noroeste se iba a vender más porque tenía color”.

“A la 1:00 yo ya andaba trabajando, si llovía o tronara, yo tenía que estar ahí... el periódico se distribuía de las 3:00 o 4:00 de la mañana, los plebes ya andaban vendiendo, en aquel entonces porque ahora los periódicos salen un poco más tarde”.

En días festivos como Noche Buena y Año Nuevo, también tenía que estar realizando el trabajo, porque el periódico tenía que salir, dice.

Al realizar su trabajo sufrió al menos dos accidentes automovilísticos de los cuales, relata, por suerte salió ileso.

Pedro Adrián cuenta que en aquellos años las noticias de gran impacto eran los hechos violentos que salían en primera plana en algunas ocasiones, como el asesinato de hasta un Presidente Municipal.

Durante estos años dedicó su vida a la distribución de periódicos, actividad que le ayudó a dar estudios a sus hijos, además de tener una casa en la que ahora vive con su esposa y una hija.

Incluso su esposa María, años después de que él había dejado las filas de Noroeste, también repartía periódico.

En su carro instalaba en equipo de sonido y diariamente desde temprana hora salía a las calles a vender periódico.

“En esos tiempos uno ganaba bien y le alcanzaba para todo, por día llegaba vender más de mil pesos, que para aquel entonces era mucho dinero”, expresa.

Tan comprometido estaba con su trabajo que dice que un día le llegó a vender un ejemplar a Manuel Clouthier, “Maquío”, sin saber que era el dueño.

“Yo no sabía que él era el dueño... nosotros los carros los llevábamos a reparación y una vez pasó un señor barbón y llegó pidiendo un periódico”, relata.

“Nosotros estábamos intercalando, fui y se lo di, me preguntó ‘¿Cuánto es?’, le dije: ‘80 centavos y me dio un peso’. Le dije: ‘Ahorita le traigo la feria’, y él dice: ‘No, quédate con la feria’”.

Después de eso, un compañero le informó a Pedro Adrián que le había vendido a Manuel Clouthier un ejemplar, sin saber que él era.

“Yo qué voy a saber, yo no sabía. Porque él tempranito en la madrugada ya andaba en la calle corriendo”, dice.

Todo los años que trabajó en la distribución de ejemplares de Noroeste, le brindaron satisfacciones y lo recuerda como una labor con la que en su momento le dio la óptica de ser el sustento de su familia y una fuente de aprendizaje constante.