Estrés y lesiones

MEDICINA DEL DEPORTE
    Pero qué pasa si el estrés sobrepasa los niveles de soporte (está medida es imaginaria) del individuo, se inicia con alteraciones somáticas, cambios de actitud y de personalidad, donde el mismo “paciente se desconoce”.

    Amigo lector de Noroeste, “el estrés es vida por lo tanto la vida es un estrés”, por qué empezar con este slogan, bueno, es que todo lo que haga, realice, piense o actúe, el organismo se autoprepara, tanto psicológica como en forma natural para dicha acción, así no la lleve a cabo, pero qué pasa si el estrés sobrepasa los niveles de soporte (está medida es imaginaria) del individuo, se inicia con alteraciones somáticas, cambios de actitud y de personalidad, donde el mismo “paciente se desconoce”.

    Este “desconocimiento” se da en pacientes sin experiencia en la seudosintomatología, y si el entrenador junto con el equipo auxiliar, el gerente, el capataz, jefe inmediato, coordinador, etcétera, no saben cómo trabajar o el manejo del mismo (estrés), puede ocasionar que el individuo sea más vulnerable a lesiones o en caso de deportistas su rendimiento deportivo se vea alterado y sea propenso a lesiones, las cuales pueden ir desde leves a severas como mortales.

    En la actualidad al ser humano le tocó hacer historia con el “aumento” de enfermedades de difícil tratamiento, algunas consideradas como síndromes (no se sabe la causa y se trata a base de los síntomas), otras con causa conocida, paro no se tiene un protocolo de tratamiento definido, lo que pone en alerta al individuo que la padece o tiene sintomatología parecida a la enfermedad, haciendo de su enfermedad o seudoenfermedad una catástrofe, imaginándose siempre lo peor. Esto provoca un estrés que se ve reflejado en la conducta del individuo, llevándolo a alteraciones de tipo psicológico, lo que evoluciona a alteraciones en la salud tanto personal como familiar, falto de rendimiento de sus labores productivas, tanto de la vida diaria, deportivas de trabajo, etcétera.

    Por esto cada vez en mayor medida, se destaca la importancia de la prevención en cualquier contexto relacionado con la enfermedad o la incapacidad de las personas, incluyendo, por supuesto, el de las lesiones deportivas. Si se pudiera evitar que los deportistas se lesionasen, dispondrían de más salud y podrían cumplir mejor con la totalidad de las demandas deportivas de su entorno; se estaría, sin duda, ante una situación ideal que, ante una situación ideal que, sin embargo, resulta utópica, puesto que es inevitable que se produzcan lesiones en un contexto que lleva implícito un acusado riesgo. Ahora bien, un adecuado plan preventivo, sí puede contribuir a reducir la probabilidad de ocurrencia de lesiones, disminuyendo los días de ausentismo y funcionamiento deficiente en las sesiones de entrenamiento y las competiciones.

    Para el manejo del estrés y, por ende, las posibles lesiones, el equipo formado por el atleta, el entrenador y el equipo auxiliar, deben conocer: (a) cuáles son las circunstancias o variables que pueden incrementar la vulnerabilidad de los deportistas y otros trabajadores a lesionarse, y (b) cuáles son las medidas o estrategias apropiadas para neutralizarlas; posteriormente, en cada caso concreto, se debe detectar la situación en la que se encuentra el individuo o grupo de individuos, en los deportistas su manejo es el mismo lineamiento, respecto a tales variables, y seleccionar y utilizar las estrategias más aconsejables.

    El estrés y las lesiones no tienen un grupo selecto, se presentan en cualquier grupo etario, sean profesionales, amateur, deporte de elite, sedentarios o activos, el riego de complicación es la resistencia al estrés de cada persona, y su respuesta al manejo de la misma va a ser la capacidad individual o de equipo para responder o revertir el estrés malo (disestrés), del estrés bueno (euestrés).

    Bien, también desde esta columna le invitamos a no bajar la guardia, el Gobierno y los empresarios tienen razón en abrir sus negocios, pero es responsabilidad suya si va o no va a los centros donde se forman conglomeraciones o se expone sin necesidad a un posible contagio, así que siga las recomendaciones del Sector Salud: Lávese las manos seguido, use lentes, careta y cubreboca, guarde distancia de metro y medio o más. Si no tiene negocio fuera de su casa, no salga, y si lo hace, cuídese. RECUERDE, USTED PUEDE LLEVAR LA MUERTE A SU CASA. Haga caso, qué le cuesta. Pase feliz Semana Santa, lo queremos ver vivo y con calidad de vida.

    Amigo lector de Noroeste, “el estrés es vida por lo tanto la vida es un estrés”, por qué empezar con este slogan, bueno, es que todo lo que haga, realice, piense o actúe, el organismo se autoprepara, tanto psicológica como en forma natural para dicha acción, así no la lleve a cabo, pero qué pasa si el estrés sobrepasa los niveles de soporte (está medida es imaginaria) del individuo, se inicia con alteraciones somáticas, cambios de actitud y de personalidad, donde el mismo “paciente se desconoce”.

    Este “desconocimiento” se da en pacientes sin experiencia en la seudosintomatología, y si el entrenador junto con el equipo auxiliar, el gerente, el capataz, jefe inmediato, coordinador, etcétera, no saben cómo trabajar o el manejo del mismo (estrés), puede ocasionar que el individuo sea más vulnerable a lesiones o en caso de deportistas su rendimiento deportivo se vea alterado y sea propenso a lesiones, las cuales pueden ir desde leves a severas como mortales.

    En la actualidad al ser humano le tocó hacer historia con el “aumento” de enfermedades de difícil tratamiento, algunas consideradas como síndromes (no se sabe la causa y se trata a base de los síntomas), otras con causa conocida, paro no se tiene un protocolo de tratamiento definido, lo que pone en alerta al individuo que la padece o tiene sintomatología parecida a la enfermedad, haciendo de su enfermedad o seudoenfermedad una catástrofe, imaginándose siempre lo peor. Esto provoca un estrés que se ve reflejado en la conducta del individuo, llevándolo a alteraciones de tipo psicológico, lo que evoluciona a alteraciones en la salud tanto personal como familiar, falto de rendimiento de sus labores productivas, tanto de la vida diaria, deportivas de trabajo, etcétera.

    Por esto cada vez en mayor medida, se destaca la importancia de la prevención en cualquier contexto relacionado con la enfermedad o la incapacidad de las personas, incluyendo, por supuesto, el de las lesiones deportivas. Si se pudiera evitar que los deportistas se lesionasen, dispondrían de más salud y podrían cumplir mejor con la totalidad de las demandas deportivas de su entorno; se estaría, sin duda, ante una situación ideal que, sin embargo, resulta utópica, puesto que es inevitable que se produzcan lesiones en un contexto que lleva implícito un acusado riesgo.

    Ahora bien, un adecuado plan preventivo, sí puede contribuir a reducir la probabilidad de ocurrencia de lesiones, disminuyendo los días de ausentismo y funcionamiento deficiente en las sesiones de entrenamiento y las competiciones.

    Para el manejo del estrés y, por ende, las posibles lesiones, el equipo formado por el atleta, el entrenador y el equipo auxiliar, deben conocer: (a) cuáles son las circunstancias o variables que pueden incrementar la vulnerabilidad de los deportistas y otros trabajadores a lesionarse, y (b) cuáles son las medidas o estrategias apropiadas para neutralizarlas; posteriormente, en cada caso concreto, se debe detectar la situación en la que se encuentra el individuo o grupo de individuos, en los deportistas su manejo es el mismo lineamiento, respecto a tales variables, y seleccionar y utilizar las estrategias más aconsejables.

    El estrés y las lesiones no tienen un grupo selecto, se presentan en cualquier grupo etario, sean profesionales, amateur, deporte de elite, sedentarios o activos, el riego de complicación es la resistencia al estrés de cada persona, y su respuesta al manejo de la misma va a ser la capacidad individual o de equipo para responder o revertir el estrés malo (disestrés), del estrés bueno (euestrés).

    Bien, también desde esta columna le invitamos a no bajar la guardia, el Gobierno y los empresarios tienen razón en abrir sus negocios, pero es responsabilidad suya si va o no va a los centros donde se forman conglomeraciones o se expone sin necesidad a un posible contagio, así que siga las recomendaciones del Sector Salud: Lávese las manos seguido, use lentes, careta y cubreboca, guarde distancia de metro y medio o más. Si no tiene negocio fuera de su casa, no salga, y si lo hace, cuídese. RECUERDE, USTED PUEDE LLEVAR LA MUERTE A SU CASA. Haga caso, qué le cuesta. Pase feliz Semana Santa, lo queremos ver vivo y con calidad de vida.

    Periodismo ético, profesional y útil para ti.

    Suscríbete y ayudanos a seguir
    formando ciudadanos.


    Suscríbete
    Regístrate para leer nuestro artículo
    Esto nos ayuda a identificarte mejor al poder ofrecerte información y servicios justo a tus necesidades al recibir ayuda de nuestros anunciantes.


    ¡Regístrate gratis!