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Columna

Aprendo a interpretar el silencio

    Aprendo a interpretar el silencio,

    ese silencio que quema

    como si fuera de fuego la palabra no dicha.

    Tu rostro escupe sentimientos cansados

    de tantos años, que volaron sin alas propias

    y bajo el aleteo de las mías.

    Así las noches se han ido

    tragándose a los días

    y los días comiéndose a las horas

    que casi ya no respiran

    y vestidas de grises

    arropan a la lluvia

    que desde temprano cae

    humedeciendo el alma.

    Cuántos años,

    cuanta vida,

    cuanto caminar juntos

    acercándonos al final

    en silencios pletóricos

    de viejos enamorados

    que ya no tienen de que hablar

    ni nada que guardarse

    porque en nuestra juventud

    nos dijimos todo.

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