Invitados a una gran fiesta

    1) Para saber

    Ser invitados a una gran fiesta, es una distinción y motivo de agradecimiento. Es natural presentarse con un atuendo correcto. Recibí la invitación de mi sobrina Dani a su boda, donde se señalaba que los hombres fueran de “guayabera blanca”. El Papa Francisco, en su reciente carta sobre la liturgia, nos dice que todos hemos sido invitados a una gran fiesta: el banquete de bodas del Cordero (Ap 19,9). Y se precisa asistir de modo adecuado: con el vestido nupcial de la fe, que se adquiere al escuchar y creer en la Palabra. La Iglesia confecciona ese traje a nuestra medida y lo blanquea lavándolo con la Sangre del Cordero (Ap 7,14).

    Aunque la invitación está dirigida a cada uno, no todos son conscientes: no se han enterado, o lo han olvidado o han perdido la invitación en los tortuosos caminos de la vida. Por ello el Papa nos invita a una evangelización que transforme las costumbres, para que sean cauce adecuado para evangelizar el mundo actual. Es necesario anunciarlo para que todos puedan sentarse a la Cena del sacrificio del Cordero y vivir de Él.

    2) Para pensar

    En 2019, Elise Amez-Droz era una guapa joven de 24 años. No era católica, sino evangelista. Conoció a alguien que se estaba convirtiendo al catolicismo. Le sorprendió pues vivía en Salt Lake City, Utah (Estados Unidos) en donde no se distinguen por su catolicismo. Se impresionó al ver en esa persona su amor por Cristo, pues pensaba que el catolicismo era una “fe muerta”, y se preguntó por el propósito de su vida. Decidió ir a Misa y comentaba después: “Bueno, no es tan herético como pensé que iba a ser”. Conoció amistades católicas, y observó “lo buenas que eran estas personas”. Se puso a estudiar la fe católica, leyó las “Confesiones” de san Agustín, le cautivó la “Teología del cuerpo” explicada por Christopher West: “Esa teología tenía mucho sentido. Es una de las cosas más convincentes que he escuchado, y es de un Papa. Así que me hizo pensar”. Y concluyó: “Me quedó claro que nunca podría volver a mi fe protestante”. Vio con claridad que debía aceptar la autoridad de la Iglesia, porque “si lo hago, entonces todo lo demás es verdad”, y debo aceptar todo.

    La Eucaristía fue lo que la decidió a convertirse; incluso no le importó los “escándalos” que se publicaron sobre la Iglesia. Elise recibió la Eucaristía por primera vez el 21 de abril de 2019: “Me sentí muy feliz y estaba muy emocionada de que me confirmaran, pero en lo que respecta a la Comunión, concluí: ‘de esto se trata todo’. Me sentí abrumada de poder compartir con Dios de una manera tan cercana, aunque soy totalmente indigna”, dijo.

    3) Para vivir

    Antes de invitar a alguien, existe el deseo de contar con su compañía. De la misma manera, comenta el Papa, antes de invitarnos, Dios ya tiene deseo de nosotros. Por nuestra parte, ante su invitación, hemos de dejarnos atraer por Él y responder con una vida de entrega a su amor.

    Por otra parte, les anuncio que se publicó el libro “Para saber, para pensar, para vivir”, con una selección de los artículos publicados, clasificados por virtudes. En México lo distribuye “Soluciones Bibliográficas”, y está también en varias plataformas en internet. (articulosdog@gmail.com)

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