|
""

"Tema de hoy"

"El trabajo es factor de producción"

    El Papa Juan Pablo II dijo a los trabajadores de las canteras de mármol de Carrara, en Italia: La Providencia ha querido que también yo, en cierto periodo de mi vida, hiciera la dura experiencia del trabajo en las canteras. Por ello he pedido darme cuenta, personalmente, de las dificultades que comporta. El trabajo es un servicio a las familias y a la sociedad. Es una disciplina en la que fortalece la personalidad...
    No os dejéis jamás degradar por el trabajo, antes bien, procurad vivir a fondo su verdadera dignidad... El trabajo os asocia más estrechamente a la redención que Cristo realizó mediante la cruz, cuando os lleva a aceptar todo cuanto tiene de penoso, de fatigoso, de mortificante... El trabajo os hace constructores de la gran familia humana... porque cada uno es llamado a ayudar al otro en la exigencia siempre renovada de una recíproca colaboración y en la prestación interpersonal por la cual nosotros los hombres somos necesarios unos a otros, sin excluir a nadie.
    Esta es la concepción cristiana del trabajo. Sin esta visión, todo esfuerzo, incluso el más tenaz, es vano y caduco... y si os dijera que para defender las conquistas del trabajo es preciso dejar a un lado, tal vez hasta borrar, esa visión cristiana de la existencia, no les creas.
    El hombre sin Dios y sin Cristo, construye sobre arena, traiciona la propia imagen y nobleza y, en fin, llega a perjudicar al hombre, u ofender al hermano, dijo en su discurso a los obreros en el Estadio Moreumbi, de Sao Paulo, en Brasil el 3 de julio de 1980.
    "El trabajo es factor de producción, fuente de bienes económicos y medio de ganar la vida, también debe ser concebido y vivido como deber, como amor, como fuente de honor y como oración" (Homilía durante la misa de los agricultores en Recibe, Brasil, el 7 de julio de 1980).
    "Además, dada su importancia social, el trabajo necesita ser, no sólo promovido, sino también protegido y defendido, de manera que los deberes de los trabajadores se equilibren justamente con sus derechos reconocidos y respetados. Jamás será ilícito desde el punto de vista cristiano, someter la persona humana ni a un individuo ni a un sistema de modo que se le convierta en mero instrumento de producción. Siempre debe de ser considerado superior a todo provecho y a toda ideología; jamás al revés". (Homilía durante la misa celebrada en la explanada de la Catedral de Velleti, el 7 de septiembre de 1980).
    ¿Qué elementos hay que tener en cuenta para la fijación de los salarios? Hay que tomar en cuenta: El esfuerzo y riesgo que realizan quien los presta. Las aportaciones del obrero a la producción. Las necesidades del obrero y su familia. La situación de la empresa como bien común de la sociedad en que está inserta.
    Esta materia se debe analizar en relación con el nivel económico y social de los grupos humanos, procurando evitar que actividades poco importantes o muy cómodas estén excesivamente retribuidas, mientras que tareas penosas e incómodas lo estén insuficientemente; que un mismo trabajo esté retribuido con bastante diferencia según el lugar y, finalmente, que labores semejantes aunque no iguales, estén muy desequilibradas en la retribución.
    Las aspiraciones no pueden ser invariables, y lo que hoy resulta bastante, mañana puede ser insuficiente.
    La cuantía de los salarios debe cubrir las necesidades vitales del obrero y su familia, acorde con las circunstancias del lugar y tiempo, sin perjuicio de que sus distintos miembros colaboren en cuanto sea razonable, como ocurre en las familias de labradores, artesanos y pequeños comerciantes. Debe asegurar contra riesgos naturales como el paro, la enfermedad, accidentes, vejez.