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"Mazatlán"

"EDUCACIÓN EN LA FAMILIA: Hoy hablaré de orden"

"Cuando logramos el orden en lo material, automáticamente lo estamos logrando en la mente"
EDUCACIÓN EN LA FAMILIA

Claro que no es la primera vez que hablo del orden, pero es de los temas bien importantes, básicos para el buen desarrollo de nuestra vida y como siempre, hay nuevos padres que deben enterarse de lo que es necesario en nuestra vida y la de los pequeños.

Cuando entramos en la habitación de alguien, su casa o lugar de trabajo podemos hacer un retrato psicológico de quien es el dueño. Todos los ámbitos de nuestra vida, la edad que tengamos 3, 13, 23, 50 requieren un orden, no solo en la disposición de las cosas materiales, también de nuestros actos y pensamiento, de no haberlo, perdemos tiempo, esfuerzo, no logramos lo que queremos y nos cansamos de oquis.

El orden es un gran valor que hay que cultivar desde pequeños, junto con otras cualidades ayudará al niño a conseguir muchos de los objetivos que se propongan y poder resolver de forma eficaz las distintas situaciones de su vida.

Lo mismo es una habitación que toda la casa, las cosas están ahí para nosotros y tenemos que saber buscar qué relación mantenemos con ellas. A veces, el equilibrio entre nosotros y las cosas se rompe y es necesario lograr una organización que sirva para operar de manera práctica y que el orden se mantenga solo.

El orden puede plantearse a los hijos no como una carga, sino mediante el desarrollo de rutinas, a partir de las cuales los pequeños sean capaces de interiorizar hábitos de orden. Con este método percibirán el orden como algo sencillo, cotidiano y necesario para estar bien con lo que les rodea.

Además, mantener el orden en su habitación ayudará al niño a ser más autónomo, más responsables, incluso, más libre, ya que introducen en su cerebro la sabiduría de que en la vida hay momentos de juego, de rutina y de orden. Cada cosa a su debido tiempo y según ciertas reglas.

En un hogar donde cada cosa está en su lugar y hay un lugar para cada cosa, la vida transcurre más suavemente, sin roses, ni nerviosismos, con pequeños y simples razonamientos, como “si no lo dejas en su lugar la próxima vez que lo necesites no lo encontrarás o perderás mucho tiempo”. “Las demás personas que lo necesiten quieren encontrarlo rápido y en buen estado” y dejar que tengan la experiencia de no encontrarlo por no dejarlo en su lugar, ni modo.

No olvidemos que durante la infancia, los mejores maestros somos los padres, de nuestros actos les quedará muy grabada la necesidad de no estar siempre ociosos y la responsabilidad de ayudar en lo que sea necesario, los niños aprenden por imitación, no por muchas explicaciones, los detalles menudos de orden material.

Como primer requisito, podemos establecer con ellos la premisa de lo que cuesta tener algo. Nuestras pertenencias han de durar el mayor tiempo posible, como consecuencia de no abandonarlas o tratarlas de manera irresponsable, para esto algunos consejitos.

- A nivel logístico y funcional es recomendable tener mobiliario adecuado para los niños.

- Adaptar los espacios a su uso.

- Cosas que más usan, estar a su altura en estantes, cajas, cajones, barras de colgar.

- Elegir con ellos un sitio lógico y práctico para cada cosa. Esto les ayudará a ser cada vez más autónomos en sus rutinas diarias.

- Disponer de cestos de colores y contenedores para almacenar todo tipo de juguetes.

- Se pueden poner etiquetas que indique el contenido para que sepa, sin necesidad de abrirlos.

Ante todo debemos saber transmitirles la importancia de hacer las cosas a su hora y con alegría, a pesar de cual sea la circunstancia en la que se encuentren. Si los niños aprenden a ser sinceros y leales a lo que se han comprometido, llegarán mucho más lejos y si son católicos, aprenderán a santificar desde pequeños el trabajo, el esfuerzo, los gestos ordinarios de las pequeñas cosas de cada día ofrecidas a Dios.

Cuando logramos el orden en lo material, automáticamente estamos logrando orden en la mente, la mente ordenada no se obnubila, sabe pensar, sabe buscar, sabe qué quiere y dónde está, sabe poner orden en las prioridades y en los valores, las rutinas son malas cuando no hay flexibilidad, cuando terminan siendo problemas mentales, pero son también la manera de conseguir hábitos, buenos o virtudes y malos o vicios, ahí es donde tenemos que estar atentos, algún día, por alguna circunstancia, no se pudo cumplir, no hay problema.

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