Oda a Héctor

    Las olas y el viento

    desprenden a una joven hoja

    del tallo de su madre

    y la tristeza invade

    al corazón de palmera.

    Navego, se hizo barco,

    se volvió avión volando por el cielo

    y en serpientes de tierra se deslizó

    para alcanzar al mundo

    y llegó muy lejos;

    entre escuela toledana

    con firma de Rey en título

    y el arte de Bocaccio en la Toscana

    busco en Florencia

    lo que tanto ansiaba;

    pero voló de nuevo

    cruzando mares de Asia

    y se enraizó profundo

    en la Oceanía lejana.

    Su servicio diplomático

    alcanzó estrellas

    que por las noches brillan

    llegando su esplendor

    hasta la América.

    Ahora, secretos guarda

    esconde tiempos

    vigila al mundo

    está siempre a la espera.

    Él mira con fe al cielo

    y con seis estrellas

    hace la constelación de su nombre

    y honra un nombre épico:

    Héctor como el guerrero

    que murió luchando

    por el honor del hermano

    y por el amor a su patria.

    Tañe cítara

    ¡al excelso Héctor!

    cuenta esta historia

    con el canto de un aeda

    para que conozca el mundo

    lo que estos versos

    del grandioso Héctor cuentan.

    Periodismo ético, profesional y útil para ti.

    Suscríbete y ayudanos a seguir
    formando ciudadanos.


    Suscríbete
    Regístrate para leer nuestro artículo
    Esto nos ayuda a identificarte mejor al poder ofrecerte información y servicios justo a tus necesidades al recibir ayuda de nuestros anunciantes.


    ¡Regístrate gratis!