¿Cómo se construye la confianza?

DUEÑEZ* EMPRESARIA
    La confianza es un ingrediente básico que sustenta la unidad en las familias empresarias. ¿Cómo es el proceso de construcción de relaciones interpersonales basada en ella?

    La combinación de exigencia y comprensión centrada en cuatro campos de valor fundamentales son el manantial de la confianza

    La confianza es un ingrediente básico que sustenta la unidad en las familias empresarias. ¿Cómo es el proceso de construcción de relaciones interpersonales basada en ella?

    Hemos detectado cuatro ejes medulares a través de los cuales podemos avanzar en el grado de confianza entre dos o más personas.

    Primer eje: Honestidad

    Esta es la raíz de todo acto de confianza. Deshonestidad es falsedad y engaño. Honestidad es un valor universal que se centra en vivir congruentemente entre los que pensamos, decimos y actuamos, sin dobleces ni acomodos ficticios. La persona honesta distingue con claridad lo que es correcto y actúa en consecuencia.

    Las guías de la práctica de la honestidad son la verdad y la justicia por encima de la conveniencia propia. Por eso confiamos en las personas honestas, porque contamos que ante todo dirán la verdad y actuarán con justicia.

    No hay doble o triple intencionalidad en la motivación del hombre honesto. Las mujeres que practican esta virtud son trasparentes. Por eso les creemos, porque nos han demostrado siempre su sinceridad.

    Los líderes honestos admiten sus errores, no andan buscando culpables ni justificaciones. Cuando fallan buscan el primer momento para admitir sus fracasos, para aprender de ellos y proponerse no volver a estropearla.

    También la honestidad se apoya en la confidencialidad. Un líder honesto es confiable porque contamos con que no va a divulgar las intimidades y secrertos que le confiamos. Pierde inmediata credibilidad un miembro de la familia que no sabe guardar lo que debe quedar en privado.

    Segundo eje: Capacidad

    Es difícil confiar en una persona incompetente, que no puede sacar adelante lo que le encomenadamos. Podemos contar con que podrá salir adelante con responsabilidades sencillas, pero si falla, tendremos que volver a empezar con encomiendas aún más descomplicadas.

    Conforme las capacidades se van demostrando y creciendo, pasamos entonces a permitir que tomen decisiones cada vez más complejas. No siempre acertarán en sus elecciones, pero si van aprendiendo y asumen la responsabilidad de las consecuencias, podemos darle asignaciones gradualmente más retadoras y relevantes.

    En este proceso de desarrollar capacidades es crucial dejar que se equivoquen, pues es eso justamente lo que les da la oportunidad de aprender. Es exactamente ahí donde la confianza se va fraguando...o perdiendo.

    Este es el proceso de la subsidiariedad, que definió tan magistralmemjte Carlos Llano Cifuentes, fundador el IPADE. “La subsidiariedad es la ayuda a alguien con menor capacidad” mientras la requiere. “La subsidiariedad funge un papel principal en la labor del liderazgo que ofrece una ayuda complementaria y temporal a las personas y equipos para que puedan adquirir las competencias...”

    Tercer eje: Compromiso

    La confianza crece conforme vemos que la otra persona cumple. Pero cumplir no es solamente hacer lo que dijimos, la persona comprometida hace lo que se requiera: hace lo mejor posible, aprende a hacerlo cada vez mejor, responde por las soluciones de su actuación e involucra a los demás en su cometido.

    En inglés a esto se le llama “accountability“, que podríamos definirlo como una responsabilidad ilimitada y proactiva que responde hasta las ultimas consecuencias del asunto asumido. Implica no quedarse a medias, no responder solo por la indicación dada, y llegar hasta el final de cada cosa.

    También compromiso es la capacidad de mantener acuerdos a pesar lo arduo y complicado que sea cumplirlos. Es hacer que nuestra palabra valga, al igual que la de nuestra empresa y nuestra familia.

    Por último, compromiso es saber resolver, no detenerse al primer obstáculo, renegociar si es preciso, e incluso afrontar la posibilidad de incumplir lo acordado con dignidad y transparencia.

    Además de estos 3 ejes: honestidad, capacidad y compromiso, hay otro ingrediente que no es tan fácil de llevarlo progresivamente en el proceso de ganar y otorgar confianza. Este ingrediente es más tajante y determinante, y es la lealtad. Si esta es inquebrantable, la confianza es plena, si falla, por menos que sea, se desploma.

    Carlos A. Dumois es Presidente y Socio Fundador de CEDEM.

    * “Dueñez®” es una marca registrada por Carlos A. Dumois.

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