¿Qué es y cuándo es necesaria una carta de porte?

La documentación brinda ampara legal y conocimiento sobre muchas actividades del ser humano. En el sector del transporte, por ejemplo, la carta de porte no sólo permite identificar las características de la mercancía. Si no que, además, sirve para combatir el transporte ilegal y el contrabando. Un documento indispensable para los transportistas y cuya existencia formaliza y regula su labor tanto en aire y río como en mar y carretera.

Como es natural, muchas de las actividades del ser humano están sujetas a distintos parámetros legales. Un modo de asegurar cualquier tipo de acción se ampare bajo unas normas que, a la par que protección, brindan fiabilidad a todas las partes implicadas. De esta manera, el permiso de circulación acredita a su titular como apto para manejar un vehículo de forma legal, así como un contrato manifiesta las condiciones tales como el sueldo o el horario laboral de un trabajador. Es por ello que hay una documentación específica según el sector al que ésta deba su existencia. Desde visados de viaje en el ámbito turístico hasta documentos sobre la mercancía en el sector del transporte.

Precisamente, las cartas de porte son un elemento indispensable en el transporte. Se trata de un documento que, emitido por el transportista, reúne información acerca de la mercancía que transporta y, consecuentemente, facilita las tareas de inspección de la misma. Dado que su formato está estandarizado, además de que la carta se ha visto sujeta a ciertos cambios en México incorporados por el SAT, plataformas como Facturama te permite emitir la carta porte en tan sólo unos pocos pasos, ya que la integra en sus facturas. Pero, ¿en qué consiste exactamente este documento y en que casos no es necesario emitirlo?

Como se ha mencionado, la carta de porte es un documento específico para el sector de los transportes. Similar al “conocimiento de embarque” en su análogo marítimo, esta carta contiene información sobre la carga —cuya utilidad radica en las medidas de protección sobre la misma—, así como también indica la probatoria —o, dicho de otro modo, el contrato de transporte entre las partes implicadas— y señala la propiedad de la mercancía. Este último punto, además de revelar el origen y el destino de la carga para su envío y entrega, siendo un documento negociable. Por lo que, en ciertos casos, puede permitir la venta de dicha carga durante su mismo traslado.

Asimismo, la carta de porte también debe reflejar el estado de la mercancía, tanto en su recibimiento como en su entrega, a fin de que cualquier desperfecto ocurrido durante su transporte recaiga sobre las partes responsables de éste. En relación a ello, cabe decir que los posibles trasbordos durante el transporte implican nuevas cartas de porte, dado que cada vez que la mercancía cambie de manos será preciso que quede patente en un documento y la responsabilidad sobre la misma se actualice debidamente. En suma, un documento obligatorio en cualquier transporte, reuniendo tanto fechas de emisión y entrega como la legalidad del transportista, el seguro o el precio del flete.

Por el momento, queda claro que la carta de porte es un documento de gran importancia para el transporte de mercancías. Sin embargo, existen algunas excepciones en las que la formalización de dicha carta no seria necesaria. Especialmente, dado que la mercancía a transportar en ese supuesto no requiere de tanto papeleo y encontrando con ello tres posibles casos. Siendo estos el transporte de mudanzas —dado que los propietarios ya acuerdan sus características y realizan un seguimiento del traslado—, el transporte de vehículos accidentados o averiados —a causa de su urgencia— o los servicios de paquetería —dada la frecuencia e intensidad de su desarrollo.

No obstante, siempre es recomendable corroborar si nuestra actividad de transporte necesitará o no una carta de porte. Recordando que su emisión corre a cuenta del transportista y el cargador contractual de la mercancía. Es decir, el profesional que transportará legalmente la mercancía y, por otra parte, el individuo que intermedie en la contratación del transporte. Con ello, hay que tener claro que la carta de porte no debe de omitir ningún dato. Razón por la que muchos han ido un paso más allá acudiendo a la facturación electrónica, mediante plataformas como la mencionada Facturama, para que toda documentación permanezca segura y accesible en la nube.

Según la Secretaría de Hacienda y Crédito Público de México, la carta de porte debe incluirse siempre en los transportes independientemente de su medio —tanto aéreo y fluvial como marítimo o terrestre. Además, el Servicio de Administración Tributaria (SAT) añade que es preciso generar previamente a la carta de porte el debido CFDI (Comprobante Fiscal Digital por Internet) a fin de acreditar la tenencia de la mercancía durante su traslado. Y es que, entre otros beneficios como lo es la mejora del transporte y el conocimiento sobre la carga, las cartas de porte también evitan la ilegalidad y el contrabando fortaleciendo el comercio formal mediante sus requisitos.

Es por ese motivo que su emisión es tan necesaria. Incluyendo información mediante la que identificar tanto al remitente como al destinatario, haciendo así constar en dicho documento tanto sus nombres y apellidos como sus métodos de contacto, lugares de recogida y entrega y sus correspondientes fechas. Además, indicando de la forma más detallada posible las características de la carga, siendo necesario añadir que no siempre es posible conocer qué se transporta —razón por la que la descripción a veces se enmarca en la declaración del remitente. En definitiva, y junto con sus otros datos, un documento que formaliza y ampara legalmente cualquier tipo de transporte.