Educar es nuestra tarea

LETRAS DE MAQUÍO

Recientemente, en forma sorpresiva, la CTM pretendió sindicalizar a todos los maestros de escuelas privadas en Sinaloa. Es evidente que los fines eran políticos y de control más que de deseos de mejorar las condiciones de trabajo de los maestros. Vale la pena anotar, además, que los profesores jamás fueron tomados en consideración o consultados.

Los padres de familia reaccionaron molestos por la intromisión y la CTM dio marcha atrás cuando vio que el terreno no le era muy propicio.

Como soy un convencido de que la educación es derecho y obligación de los padres de familia, mientras que los maestros son nuestros colaboradores en ese quehacer, me puse a investigar el estado en que se encuentra la educación en México.

He aquí algo de lo que me enteré:

Entre 7 y 9 millones de analfabetas.

15 millones sin concluir primaria.

3.5 millones de indígenas sin hablar español.

45 no la terminan.

28 inician secundaria y terminan 16.

12 entran a preparatoria y sólo 2 terminan una carrera.

Este enorme déficit debería llevar a las autoridades educativas del país a dar toda clase de facilidades para que todos los mexicanos tuvieran más oportunidades de instruirse y educarse, pero no es así.

A los particulares sólo se les ha dejado el 4 por ciento de la enseñanza en primarias.

El 12 por ciento de secundarias.

Últimamente se están clausurando las normales particulares (solamente en Guanajuato cerraron 21).

Es necesario reconocer que el gobierno ha hecho esfuerzos e invertido cuantiosas cantidades en la enseñanza, pero también es evidente que gran parte de los maestros más que educadores son “grillos”. Según estudios serios sabemos que de los 800 mil maestros oficiales más o menos 200 mil son de ideas socializantes; y qué decir del robo de ánforas que en Sinaloa efectuaron algunos de ellos.

Por otro lado, la ANEP (Asociación Nacional de Escuelas Particulares) es un organismo comparsa del gobierno que difícilmente podrá exigir se hagan las cosas bien.

No cabe duda, pues, de que dentro de la “familia” revolucionaria hay quienes manipulan las escuelas para hacer política (y no precisamente de la buena). Me parece una infamia que se utilice la educación de nuestros hijos para fines particulares y fomento de odios.

La educación, además de enseñar, debe formar hombres de bien, libres y responsables, con voluntad férrea y capacidad de solidarizarse con sus compatriotas.

Por lo anterior, es indispensable que como padres de familia participemos más en la educación de nuestros hijos asumiendo nuestra responsabilidad de formadores y agradeciendo a los maestros su función de colaboradores nuestros.

Debemos hacer sentir nuestra opinión respecto a la educación que exigimos para nuestros hijos, tanto en las sociedades de padres de familia, como con los maestros y en toda la comunidad.

jamás debemos abdicar del derecho que tenemos de educar. Juntémonos con otros padres que piensen como nosotros y hagámosle sentir al gobierno que no transigiremos en lo concerniente a la educación de nuestros hijos.

Los países totalitarios lo primero que tratan de controlar es la educación de los jóvenes para de esa manera alejarlos de las formas democráticas de vida e instaurar verdaderas dictaduras.

México jamás debe llegar a esos extremos.

Miércoles 28 marzo 1984

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