‘Yo tengo que salir a trabajar para comer’, dice Rosario a las afueras del IMSS, a metros de donde llegan los pacientes con Covid-19
En 22 años que doña Rosario ha trabajado vendiendo aguas frescas y fruta picada a las afueras del área de Urgencias del IMSS en Mazatlán, ha visto de todo: ensangrentados, fracturados... hasta baleados.
Ahora, la imagen diaria desde hace semanas es la saturación en la demanda de pacientes con Covid-19, incluso, cómo dos de estos pacientes fueron “abandonados” a su suerte a las afueras del centro hospitalario.
“Dejaron a una señora ahí afuerita, después llegó su hija llorando que no sabía que su marido la había traído ¿cómo no vas a saber?”, dijo.
“Y es que los doctores no pueden subirlos, porque si ellos bajan a atenderlos y se les muere en el camino, es contraproducente para ellos, porque los demandan los familiares”, aseguró.
Explicó que pese al riesgo que implica trabajar frente al área de Urgencias y estar sentada a metros del Triage Respiratorio Covid-19 del IMSS, no le da temor, pues la necesidad es mayor.
“Yo tengo que salir a trabajar para poder comer, porque ¿quién me va a mantener?”, dice.
Comentó que su hija todavía estudia la universidad, mientras que otro hijo se encuentra internado en un centro de rehabilitación, lo que genera que tenga que apoyar económicamente a ambos.
Consideró que la gente que ya llega a esa área enferma o piensa que lo está, se cuida para no contagiar a los que están a su alrededor, como sucede en otros espacios aglomerados, donde no se sabe quién está enfermo.
“Pero vete al malecón a ver en la noche cómo están aglomerados y sin cubrebocas, a mí eso se me hace algo incoherente, por eso yo nada más vengo al trabajo y a la casa, a mí no me interesa el fulano, no me interesa el vecino, me intereso yo y por eso me cuido”.
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