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"Un indígena se quita la vida en penal de Chiapas por no tener $50 mil pesos que le exigían reos"

"Había sido acusado de estar vinculado a una red de trata de menores, pero su hija niega que eso haya ocurrido"

Un indígena que alegaba su inocencia tras vincularlo a una supuesta red de trata de menores, tras el operativo para “rescatar” a 23 niños en San Cristóbal de Las Casas, se quitó la vida este lunes dentro del penal de número 5 ubicado en ese municipio, por no poder pagar 50 mil pesos, que otros reos que controlan el penal le exigían por su estancia en ella.

Enereida Gómez Sánchez, originaria de Llano Grande, municipio de Ixtapa, fue esta tarde del lunes a las oficinas de la Fiscalía General del Estado en la región Altos de Chiapas, para recoger el ataúd en el que venía su padre y echó abajo la supuesta red de trata de menores a la que fue vinculada toda su familia.

“La historia de mi papá es una historia de injusticia. Mi papá fue detenido por policías ministeriales alrededor de las 9 de la mañana del pasado 15 de julio, mientras trabajaba en el parque central de San Cristóbal, donde era vendedor ambulante vendiendo collares de ambar”, dijo llorando la joven mujer indígena.

Explicó que su papá no cometió ningún delito, mientras que la FGE señaló que estaba vinculado en la supuesta red de trata de 23 menores, que fueron “rescatados” en un domicilio del Barrio Tlaxcala de San Cristóbal de Las Casas.

Dijo que bajo engaños su padre fue detenido, lo primero que le dijeron es que tenía ir a declarar y firmar unos papeles, sin embargo, nunca fue liberado y fue llevado directamente al penal número 5 ubicado entre San Cristóbal de Las Casas y Huixtán.

Llorando, Nereida narró que a su padre los policías lo interrogaron todo el tiempo sobre el paradero del niño Dylan Esaú, raptado en un mercado público del sur de San Cristóbal de Las Casas, sin embargo, su padre dijo no saber nada de ello y que nada tenía que ver con el caso, pero nunca le creyeron.

“El gobierno debe perseguir y encarcelar a los que son culpables no a los que son inocentes, eso es lo que pedimos. Por culpa del gobierno estoy muy dolida. Mi padre no era un delincuente. Mi padre sólo se ganaba el día trabajando en las calles vendiendo collares de ámbar”, dijo Nereida entre lágrimas.

Indicó que tras la muerte de su padre, dos pequeños –uno de cinco y otro de dos años- quedaron huérfanos, y que el único ingreso que tenían para vivir era el que su padre llevaba a casa todos los días producto de sus venta de collares de ámbar.

Dijo que junto a su padre, también fue detenida ese mismo día 15 de julio, su madre Josefa Sánchez Gómez, quien aún sigue presa en la sección femenil de ese mismo penal donde su padre se quitó la vida este lunes.

Mencionó que junto a su padre y su madre, también fueron detenidas su hermana María Hortensia Gómez Sánchez y sus cuñadas Maribel Gómez Sántiz y Juana Montejo González.

Es decir, están presas cuatro mujeres supuestamente vinculadas a una red de trata de menores que “descubrió” la Fiscalía General del Estado (FGE), mientras buscaban al niño Dylan Esaú de dos años, raptado el pasado 30 de junio.

Pero Nereida dice que esos niños no eran explotados laboralmente, que todos ellos son sus hijos y sus sobrinos que estaban en casa mientras sus padres trabajan en el centro y algunos de ellos en alguna ocasiones acompañaban a sus padres.

Dijo que los acusan de ser secuestradores, cuando ellos en realidad son una familia numerosa y pobre, cinco familias diferentes, que apenas y les alcanzaba para vivir todos juntos, hacinados en una sola casa que rentaban entre todos.

Expuso la mujer que todos, los 23 niños que supuestamente rescató la FGE, no son explotados, que todos son miembros de una numerosa familia, primos todos entre ellos. Que si bien estaban desnutridos algunos, es porque no han tenido para comer con esta pandemia que afectó a todos en sus ingresos.

Pidió que todos los niños sean liberados del albergue infantil del DIF Estatal ubicado en Tuxtla Gutiérrez, a donde fueron todos remitidos por la FGE, luego detener a sus madres y abuelas.

Dijo que ella, sus hermanas y cuñadas, en promedio tienen cinco hijos por familia. Y que incluso ella, de los 23 niños que fueron llevados al albergue del DIF Estatal, cinco son de ella, que no fueron raptados, que ella los parió y que tampoco los explotaba laboralmente.

Pidió a la FGE y al DIF Estatal que le entregue a sus cinco hijos, y que también los otros pequeños sean entregados a sus abuelos maternos, ya que su padre ahora está muerto y su madre presa.

Agregó que sus cinco hijos son José Antonio, Claudia Janet, Erika Esmeralda, Berenice Guadalupe y Alondra Aracely, todos Montejo Gómez. Que todos son sus hijos, que ninguna fue raptado y que de todos tiene actas de nacimientos legítimas.

Explicó que el pasado 20 de julio le habló su papá desesperado y llorando por teléfono, para pedirle que por favor le consiguiera 50 mil pesos, que le estaban pidiendo otros internos dentro del penal, esto como pago de cuota por sus ingreso y estancia en el penal.

Que su papá si bien era diabético, su padre no murió por esa enfermedad, pero que el día que fue detenido, su padre fue “sacado a pasear” por varias horas por los policías ministeriales, quienes lo torturaron para que se auto inculpara del delito de trata de personas. Que se declaró culpable de explotación laboral de los 23 pequeños, pero todo a base de tortura.

Un vocero de la FGE dio a conocer que el citado reo murió por “suicidio por ahorcamiento”.

La semana pasada, sobre la supuesta red de trata de menores, la FGE dijo que se habían rescatado a 23 niños y niñas hay “tres lactantes de 3 meses, 12 meses, 20 meses de edad, y los demás de entre 2 y 15 años”.

El fiscal de Chiapas, Jorge Llaven Abarca, dijo que los menores de edad “eran obligados a vender artesanías en el centro de la ciudad mediante violencia física y psicológica, mismos que mediante observación clínica de médicos especialistas mostraron desnutrición y condiciones precarias, corroborando vulnerabilidad y riesgo”.

En el penal de San Cristóbal presuntamente sé suicidó Adolfo Gómez Gómez detenido el pasado 15 de julio por la Fiscalía por la desaparición de Dylan y que llevó al cateo a la casa con los 23 niños que son sus nietos del fallecido . Dos de sus hijas son las presas en el Amate

Hoy, cinco de los 23 menores, fueron recogidos por una persona que se identificó como el abuelo ellos, don Roberto Montejo. Al verlo los pequeños estaban felices de que dejarían el albergue infantil del DIF Estatal, por lo que se subieron al vehículo que los llevó a sus comunidad en Chingtón, municipio de Ixtapa.

Don Roberto Montejo y doña Guadalupe González enseñaron a los medios, las 5 actas de nacimiento de los niños, hijo de sus hijo Gilberto. Y que además vendrán a reclamar los siete hijos más de su hija Juana, nuera del reo que se suicidó.

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