Regalos, una política bien definida

    No somos ingenuos y sabemos donde estamos parados: las fuentes de información no son nuestros amigos, ni nuestros compadres, ni nuestros allegados, son personas con las que nos relacionamos en el plano estrictamente profesional y eso es lo que nos interesa.

    Hay una práctica muy conocida en el gremio periodístico y el círculo político y es precisamente en la época navideña cuando llega a repuntar más, y es la relacionada con los regalos.

    Sí, desde hace décadas existe la “costumbre” de que muchos políticos, gobernantes, o fuentes de información en general, otorgan obsequios navideños a los periodistas, obvio, periodistas de medios no independientes.

    En Noroeste, desde su origen, tenemos establecida la política de no aceptar regalos de las fuentes de información, sea cual sea.

    En nuestro Código de Ética, el Capítulo 3.2, titulado Responsabilidad profesional, establece: “El reportero de Noroeste está obligado a ser cada vez más profesional en todos los ámbitos de su desempeño. Esta pretensión supone lo siguiente...”, y establece en uno de sus puntos: “Rechazar rotundamente regalos y/o beneficios de cualquier tipo que podrían comprometer su integridad profesional y la del periódico”.

    Y en el Manual de Estilo, en el Capítulo 4, titulado Cómo reportear, el apartado 4.2 en uno de sus puntos establece lo siguiente: “Tenga en cuenta que los viajes, invitaciones o regalos por parte de personas, empresas u organismos con interés de ver reflejados sus intereses en el periódico suponen un riesgo evidente para su independencia”.

    Y hace una precisión: “Si este tipo de favores superan un valor testimonial, comuníquelos a la Dirección del periódico para que decida si en algunos casos son aceptables (ejemplo: un viaje organizado por una institución que constituye la ocasión de acceder a personas o situaciones noticiosamente significativas)”.

    Es decir, para nuestros reporteros y fotógrafos, incluso para nuestros diseñadores y editores, la política es muy clara: no aceptamos ningún obsequio o favor de alguna fuente, sobre todo de fuentes tan delicadas como las políticas y las gubernamentales.

    Tampoco usamos nuestro puesto o nuestra identificación oficial como periodistas para acceder a situaciones que nos beneficien en lo personal.

    De hecho no participamos, ni siquiera comiendo, en posadas o reuniones que suelen organizar algunas fuentes oficiales, y mucho menos en rifas de obsequios que estas mismas fuentes u otras llegan a organizar entre el gremio periodístico.

    ¿Qué es lo que eventualmente llegamos a “aceptar”, con previa aprobación de la Dirección Editorial? Algunos viajes de cobertura con alguna dependencia, por ejemplo, con la Secretaría de Turismo, ya sea estatal o federal, o de otro estado, a los que asistimos para cubrir algún evento de promoción turística. O bien, algún viaje de cobertura con alguna agrupación musical, como las grandes bandas sinaloenses, a quienes un reportero o reportera llega a asistir para cubrir algún concierto o presentación en especial.

    Dichas aprobaciones son esporádicas, hablamos de dos o tres al año. Y ninguna supone un acuerdo que comprometa nuestra independencia periodística.

    Aunque ciertamente ya no es tan usual como antes, aún puede llegar algún obsequio a la Redacción de alguna fuente un tanto “despistada” que desconoce nuestra política, o intenta hacer caso omiso de ella.

    En esos casos, desde que llega a la Recepción se trata de no aceptarlo y que sea devuelto con la misma persona que lo trajo, o bien lo devolvemos después nosotros directamente. En ambos casos enviamos una carta a la fuente, persona u organismo que lo envió explicándole nuestra política, pero siempre reiterando nuestro interés de mantener una relación profesional y de que nos sigan apoyando en nuestra tarea de informar.

    ¿Qué sí llegamos a aceptar? Algunos libros que nos llegan a enviar. Ocasionalmente alguna agenda o alguna taza que nos hacen llegar y que usualmente se queda aquí en la Redacción para uso colectivo. Nada más.

    La intención de nuestra política es muy clara: los obsequios, los favores, los beneficios de algún tipo por parte de algún funcionario, político, empresario, o cualquier otra fuente de información se dan porque éstos esperan recibir por parte nuestra un “trato especial”, que les devolvamos el favor cuando lo lleguen a necesitar, y obviamente esperan esta devolución en modo de información que los beneficie o la omisión de información que los perjudique.

    No somos ingenuos y sabemos donde estamos parados: las fuentes de información no son nuestros amigos, ni nuestros compadres, ni nuestros allegados, son personas con las que nos relacionamos en el plano estrictamente profesional y eso es lo que nos interesa.

    ¿Qué nos gusta que nos den y aceptamos con gusto? Información y un trato respetuoso y profesional.

    Nosotros, los periodistas de Noroeste, con eso nos damos por bien servidos, y es a lo único que aspiramos con nuestras fuentes.

    Afortunadamente, aunque hay algunas que, como ya dijimos, intentan hacernos llegar obsequios o favores, la mayoría de nuestras fuentes tienen clara nuestra política y la aceptan. Nos conocen y casi todos nos respetan por ello. Y por ello, estamos agradecidos.

    Periodismo ético, profesional y útil para ti.

    Suscríbete y ayudanos a seguir
    formando ciudadanos.


    Suscríbete
    Regístrate para leer nuestro artículo
    Esto nos ayuda a identificarte mejor al poder ofrecerte información y servicios justo a tus necesidades al recibir ayuda de nuestros anunciantes.


    ¡Regístrate gratis!