Trascendidos y mensajes del crimen organizado

    La incapacidad gubernamental para otorgar datos y explicaciones de los hechos ocurridos el 25 de julio ha generado no sólo lagunas de información sino un verdadero escenario de desinformación y manipulación.

    Mucho hemos hablado y escrito, en este espacio y en donde nos permiten, de que en Noroeste tenemos muy claros los lineamientos de cobertura y publicación de información, pues los tenemos contenidos en un Manual de Estilo, en un Código de Ética y en Protocolos para el manejo de información relacionada con violencia y crimen organizado.

    Sin embargo, no crea, de manera constante pareciera que se nos pone a prueba, a nosotros y a esos lineamientos, pues a veces las situaciones que se nos presentan superan o se salen de lo contemplado.

    Y es que, por ejemplo el Manual de Estilo y el Código de Ética datan de 2002 y los protocolos relacionados con la cobertura y publicación de información relacionada con la violencia y el crimen organizado son de 2010-2011, y en esta vertiente del periodismo los escenarios y contextos parecen mutar año con año, presentándose nuevas y complejas situaciones, disyuntivas y decisiones.

    Nos queremos referir hoy, por ejemplo, a los últimos acontecimientos relacionados con crimen organizado y que, invariablemente, tienen que ver con Sinaloa, dada nuestra triste tradición e historia con todo lo que éste tema se refiere.

    Por supuesto, seguro se ha dado cuenta de que en estas semanas hemos sido nota nacional e internacional casi todo los días, con la información que ha ido apareciendo en relación a los casos de la detención de Ismael “El Mayo” Zambada y el asesinato de Héctor Melesio Cuén Ojeda.

    En ambos casos, que finalmente parecieran sí estar relacionados, desde el inicio la información ha fluido por dos vías: la oficial y la extraoficial, de la primera poco, escaso y hasta desarticulado, y de la segunda mucha, difícil de comprobar y desde cuestiones creíbles hasta teorías exageradas.

    Pero precisamente el fin de semana pasado tuvimos que tomar la decisión de publicación de un documento que surgió en todo esto y fue la carta circulada por la defensa de Zambada y firmada por él mismo.

    Nos detenemos en este detalle porque la decisión la analizamos con base en nuestros criterios y tuvimos que hacer digamos una excepción.

    Nuestros protocolos y criterios de cobertura y publicación relacionada con violencia y crimen organizado contienen unos puntos precisos sobre la no publicación de mensajes de los grupos delictivos.

    El documento, que titulamos “Responsabilidad frente a la violencia. Cobertura y publicación responsable de la información relacionada con inseguridad y delincuencia organizada” abarca 28 puntos precisos y los que se relacionan de manera específica con el tema que ahora nos ocupa son los tres siguientes:

    “No publicamos en Portada hechos violentos que consideramos que forman parte del discurso de intimidación y terrorismo de grupos de crimen organizado, tales como mensajes en mantas o en grabaciones donde se transmiten enfrentamientos armados, asesinatos, actos de tortura, entre otros; excepto cuando éstos trascienden a otras esferas de la comunidad, como la política y la civil.

    “No publicamos rumores, hipótesis o información no confirmada, ni señalamos responsables sin tener certeza.

    “No publicamos el lenguaje de los grupos delictivos ni transcribimos textos de sus mensajes”.

    Por estos lineamientos que nosotros mismos nos impusimos en un intento de autorregulación en una época donde nos iban sorprendiendo cada vez más la escalada de violencia en nuestro País y nuestro estado, fue que nos detuvimos a reflexionar antes de publicar la carta firmada por Zambada, pues en estricto sentido es un mensaje de un grupo delictivo o, en este caso, de un personaje de ese mundo.

    ¿Por qué sí la publicamos incluso íntegra en nuestras plataformas y ejemplar impreso?

    Primero, porque en el mar de desinformación oficial en torno a este tema y similares, vimos en este documento el valor periodístico al ser la versión de una de las partes involucradas en el caso.

    Es decir, la incapacidad gubernamental para otorgar datos y explicaciones de los hechos ocurridos el 25 de julio ha generado no sólo lagunas de información sino un verdadero escenario de desinformación y manipulación.

    Y fue precisamente la publicación de esta carta, no sólo por nosotros sino por todos los medios nacionales e internacionales, la que ha derivado que en los últimos días haya fluido un poco más de información oficial del caso.

    En sí, lo que quisimos en este espacio es aprovechar el escenario y la disyuntiva en que nos puso la carta para asegurarle, lector, que ante la avalancha de hipótesis, de datos no confirmados y de rumores que prevalecen en torno a éste caso, nosotros seguimos con nuestro rigor periodístico en el sentido de analizar las fuentes y los foros de donde surge la información, haciendo un verdadero trabajo de análisis y verificación en la medida de lo posible con nuestras fuentes y datos, antes de entregarle una publicación.

    Ni el escenario de desinformación oficial o los intentos de manipulación de las partes involucradas nos mueven de nuestra misión de informar con ética y rigor.

    Las contradicciones, lagunas o dudas que presenta el contexto actual nos hace sólo ser más cuidadosos y nos demanda más verificación y detalle fino antes de cada pieza periodística que le entregamos.

    -

    contacto@noroeste.com

    Suscríbete: www.noroeste.com.mx/premium

    Periodismo ético, profesional y útil para ti.

    Suscríbete y ayudanos a seguir
    formando ciudadanos.


    Suscríbete
    Regístrate para leer nuestro artículo
    Esto nos ayuda a identificarte mejor al poder ofrecerte información y servicios justo a tus necesidades al recibir ayuda de nuestros anunciantes.


    ¡Regístrate gratis!