El sábado, legisladores de Chihuahua, Sinaloa y Durango se reunieron en el Congreso del Estado para trabajar en conjunto para tratar de quitarle el estigma de violencia al llamado “Triángulo Dorado, y de entrada cambiarle el nombre o conocerlo por el “Triángulo de la gente buena”.
La idea partió de la última visita que hizo el Presidente Andrés Manuel López Obrador a la región, cuando en Santa Gertrudis, Badiraguato, el pasado 16 de junio, llamó a la “reivindicación” de las comunidades rurales enclavadas en la zona serrana superando los estigmas.
Los legisladores ya trabajan en un manifiesto, el cual podría ser firmado en octubre por los tres gobernadores de esos estado, y es el llamado “Manifiesto de la Bondad”.
Más allá de los tintes políticos que puedan tener estas acciones y de la criticada estrategia federal contra la inseguridad de “abrazos, no balazos”, los legisladores de las tres entidades coinciden en que urge trabajar en políticas públicas para ayudar al desarrollo de esas comunidades de la sierra.
También campañas encaminadas a cambiar la percepción estigmatizadora de ver como “lugares malos e inseguros” a los pueblos de las zonas serranas, sino como espacios donde viven buenas personas.
Señalaron que cumpliendo lo de este manifiesto y poner manos a la obra en acciones para responder en un esfuerzo conjunto, con políticas públicas y humanitarias sería cumplir con una deuda histórica con estas poblaciones.
El combate a la inseguridad no es una tarea fácil para ningún gobierno, la subcultura del narcotráfico está muy enquistada en nuestras comunidades, por lo que se requiere de acciones decisivas en economía, educación, servicios públicos, salud, entre muchos otros.
Un aspecto que tendrán que sortear o analizar a fondo es en qué tanto insistir en un cambio de nombre del Triángulo.
Confiemos en que las acciones hablen por sí solas.
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