Cumplir la Ley

    La mejor seguridad nacional para un País como México no es la que se publica en decretos, sino la que se fomenta con actos de transparencia y rendición de cuentas, que por ahora, parecen eludirse.

    Cumplir la Ley es lo mínimo que se le pide a un ciudadano y es lo mínimo que debe hacer alguien que gobierna. Su cumplimiento alienta el Estado de Derecho y las excepciones deben ser pocas, realmente justificadas y realmente excepcionales.

    Porque si el Estado exige que sus ciudadanos actúen bajo las normas, quien encabeza al Estado debe ser el primero que las siga.

    Por eso, no se entiende cómo el Gobierno de Andrés Manuel López Obrador pretende saltarse algo tan básico, como el de eludir los trámites que todo proyecto de inversión de los gobiernos deben cumplir: los trámites.

    Por más bienintencionado que sea su programa de obras, que pretende cumplir durante su mandato, para estar bien hechas debe garantizarse que cumple con todos los requisitos y debe cumplir con todos ellos.

    ¿Qué pasaría si el nuevo Aeropuerto Internacional de México, del que tanto se presume, no cumpliera con algo básico como la mecánica de suelos? ¿Qué ocurriría si el tan afamado Tren Maya realmente no cumple con la protección del medio ambiente? ¿Qué se haría si la refinería Dos Bocas, en Tabasco, no cuenta con obras de amortiguamiento de riesgos?

    Con el decreto publicado por el Presidente López Obrador, esos proyectos aún así serían aprobados, porque los considera casos de seguridad nacional.

    Y todo eso contribuye además a incrementar la opacidad a la que el Estado Mexicano se ha acostumbrado. Se eluden requisitos, se esconde información, se retrasa la transparencia.

    Y para una democracia como la que se presume, eso no abona en la certeza que la sociedad requiere de que se preservará.

    Porque una democracia no requiere de voluntades, como la que el Mandatario presume, de que las inversiones que promueve se van a transparentar, sino de un marco normativo que se cumpla y donde se demuestre que la transparencia es una regla que sí se cumple.

    La mejor seguridad nacional para un País como México no es la que se publica en decretos, sino la que se fomenta con actos de transparencia y rendición de cuentas, que por ahora, parecen eludirse.

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