Fórmula conocida

    El Presidente confía en su capacidad de persuasión ante los empresarios y los productores, pero la inflación no se rige con acuerdos ni se combate con medidas keynesianas, la productividad y la inversión son claves en una economía sana... Esperemos no caer en una debacle como la de los años 80 del siglo pasado.

    Esta semana, el Presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, anunció que el miércoles 4 de mayo dará a conocer un plan anti inflacionario, con el objetivo de contar con un “precio parejo” en todo el País para la compra de una canasta básica compuesta por 24 productos, otras fuentes dicen que 25.

    El Presidente dijo que también se está considerando el impulso a las actividades productivas, por lo que hizo un exhorto a los campesinos para que se siembren maíz y frijol para el autoconsumo.

    Y la estrategia que adelantó hace recordar un modelo ya implementado hace más de 45 años, en plena etapa populista de los gobiernos del entonces todopoderoso Partido Revolucionario Institucional, específicamente en el sexenio del Presidente José López Portillo.

    El Modelo de Alianza para la Producción de 1976, que fue nombrado acuerdo “Alianza Popular, Nacional y Democrática para la Producción”, fue un exhorto del Presidente López Portillo a los empresarios mexicanos a sumar esfuerzos para reactivar la economía del País.

    El Presidente ofreció a los empresarios beneficios fiscales y monetarios para incentivar la reinversión en sus empresas, esto en búsqueda de la solución a la crisis.

    Ahora, el Presidente López Obrador informó que se está “llegando a un acuerdo con grandes productores de alimentos y con distribuidores, con las tiendas departamentales, con todas y están cooperando”.

    “Casi todos están aceptando ayudar y lo que les estamos proponiendo es que tengamos un precio parejo”, confirmó.

    Y aunque el lunes 25 de abril aseguró que “de una canasta básica, que se pueda comprar al mismo precio en la Ciudad de México, Tijuana [Baja California], Valladolid [Yucatán] o en Tapachula [Chiapas], un precio justo, es una contribución de los productores, distribuidores y de las grandes tiendas departamentales, que van a ayudarnos”, el jueves dio marcha atrás y afirmó que no se impondrá un “precio parejo” en todo el país para la compra de una canasta básica compuesta por 24 productos y que las medidas anti inflacionarias serán concertadas con el sector privado.

    El Presidente confía en su capacidad de persuasión ante los empresarios y los productores, pero la inflación no se rige con acuerdos ni se combate con medidas keynesianas, la productividad y la inversión son claves en una economía sana.

    Esperemos no caer en una debacle como la de los años 80 del siglo pasado.

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