Frenar
las armas

    Otras deben ser las estrategias que México debe seguir para frenar los hechos delictivos cuyos saldos suman ya cifras históricas. Pensar en las armas, como se ha sugerido, solo sería incrementar el poder de los grupos de la delincuencia organizada. Y ese no debe ser el futuro para el País.

    Un nuevo tiroteo, otro, se presenta en Estados Unidos, en medio de un desfile en el que se conmemoraba el Día de la Independencia. Ocurrió en Chicago. Dejó al menos seis muertos y 24 heridos.

    Esta tragedia se suma a una larga lista de incidentes en Estados Unidos donde la libertad de poseer armas para uso personal ha llevado a incrementar los hechos letales en esa comunidad.

    Y un sector de las autoridades, entre legisladores y jueces, se oponen a regular la venta de armas en esa nación.

    La segunda enmienda de la Constitución de Estados Unidos permite a la población poseer y portar armas y la industria de armas se ha encargado de financiar proyectos políticos para que esa disposición constitucional no sea modificada.

    La posesión de armas para uso personal no ha permitido que Estados Unidos vea descender los índices de criminalidad solo porque la población esté armada.

    Sin embargo, se ha hecho creer lo contrario y hay quienes creen que esa medida debería ser adoptada en México, para que la población se pueda defender ante los altos índices delictivos.

    La estrategia de seguridad del Gobierno federal no ha dado resultado y los homicidios siguen en aumento en lo que va de la gestión del Presidente Andrés Manuel López Obrador.

    Los crímenes los cometen con armamentos que son introducidos a México a través del contrabando y cada vez vuelve más letales a los grupos de la delincuencia organizada.

    Hasta ahora, ni la estrategia de seguridad para bajar los índices delictivos a partir de una mayor política social ni los operativos de las Fuerzas Armadas han servido para contener la violencia.

    Otras deben ser las estrategias que México debe seguir para frenar los hechos delictivos cuyos saldos suman ya cifras históricas. Pensar en las armas, como se ha sugerido, solo sería incrementar el poder de los grupos de la delincuencia organizada. Y ese no debe ser el futuro para el País.

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