Quienes están dispuestos a apostar sus recursos en una inversión lo que buscan es que haya certeza de que el riesgo sea mínimo y no se produzcan eventos que pongan en riesgo sus proyectos.
Los inversionistas esperan un entorno tranquilo para llevar a cabo sus proyectos que aunque queda claro que buscan una ganancia con ello, también son un incentivo para las comunidades donde las realizan porque generan una derrama económica con la compra de insumos y la adquisición de servicios y se convierten además en una fuente de empleo.
Mazatlán, por ejemplo, es uno de los principales polos de desarrollo inmobiliario que se tienen en Sinaloa con innumerables inversiones en diferentes zonas de la ciudad.
Pero igual, en el resto de la entidad se tienen otros desarrollos que requieren de la certeza de que sus inversiones van a llegar a buen puerto.
Es evidente que Sinaloa y principalmente en Culiacán y sus alrededores necesita de manera urgente que se restablezca la seguridad y se acaben las confrontaciones entre grupos delictivos para devolver a la población la tranquilidad.
Y las autoridades deberán emprender una gran tarea para que pueda concretarse y la seguridad sea restablecida pronto.
Pero también deberán atender un nuevo frente, el de la certeza a quienes tienen previsto apostar sus recursos en la entidad y a quienes han apostado por Sinaloa para contribuir a su desarrollo.
Los hechos de violencia que se han presentado en la entidad tienen un impacto más allá de la seguridad en la población, que debe estar al frente de todas las prioridades.
Impactan también en lo que se ha estado construyendo en Sinaloa para presentarlo como una entidad dispuesta a diversificar su desarrollo, con proyectos que cubren diferentes tareas productivas.
También ahí, se necesita que la autoridad actúe y refuerce la confianza que los inversionistas han tenido en la entidad.
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