No es normal

    Eso no debería ser normal y sin embargo, se pierde la capacidad de asombro como se ha perdido la esperanza de que en las calles de México y de Sinaloa, sea el orden y la legalidad lo que prevalezca, en lugar de la ingobernabilidad y el terror que impone la delincuencia organizada.

    Los hechos de violencia no son normales, no deben serlo. Como tampoco es el hecho de que personas armadas circulen por las ciudades de manera impune, con la certeza de que mostrar sus armas no implica ningún riesgo.

    Sin embargo, ambos, hechos violentos y la demostración de la violencia, han adquirido a través de los dispositivos móviles una normalidad que no debería ser.

    Los actos, lejos de generar una reacción de repudio e indignación, generan en los usuarios cierto asombro y admiración que los lleva a compartir esos contenidos con otros que lo comparten a otros y a otros.

    Eso no debería ser normal y sin embargo, se pierde la capacidad de asombro como se ha perdido la esperanza de que en las calles de México y de Sinaloa, sea el orden y la legalidad lo que prevalezca, en lugar de la ingobernabilidad y el terror que impone la delincuencia organizada.

    Porque si algo debe quedar claro, es que a nadie conviene que en la vida de todos, en cada comunidad, en cada municipio, sea el terror de las armas y de la violencia lo que se imponga. Y nada bueno deja replicar esos mensajes que a la delincuencia conviene que se propaguen.

    No es normal, entonces, que en las calles de poblados como en Sinaloa, la delincuencia se muestre con la garantía de que sus actos quedarán impunes y se les aliente replicando en los dispositivos móviles los vestigios de sus actos delictivos.

    No es normal entonces que la violencia se vuelva tan normal, y que lejos de indignar y enojar, los delincuentes reciban a cambio aprobación y respaldo.

    Restablecer el orden, por lo tanto, será una tarea urgente para el Estado, que aún le hace falta mucho, y requiere de la contribución de todos. ¿De qué manera? Seguir apostando por que el espacio público sea cada vez más seguro y dejando de reproducir las imágenes y videos que solo enaltecen la delincuencia. Verlos en la calle, hay que recordar, no es normal.

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