Regularizar la emigración

    Entender las necesidades de migrar no es tan difícil si atendemos las necesidades de la ciudadanía, la globalización y el crecimiento de desafíos como la violencia en países que no pueden solucionarla, entre ellos México.

    Los migrantes de Centroamérica y el Caribe no van a dejar de llegar a México, ni Estados Unidos va a dejar de necesitar esa mano de obra tan valiosa, que completan nuestros paisanos.

    Lo que nos parece increíble es que después de décadas del problema migratorio, todavía no hayamos sido capaces de encontrar soluciones, aunque sea parciales, que desahoguen la presión que implica la presencia de miles de latinoamericanos intentando encontrar una mejor vida.

    Entender las necesidades de migrar no es tan difícil si atendemos las necesidades de la ciudadanía, la globalización y el crecimiento de desafíos como la violencia en países que no pueden solucionarla, entre ellos México.

    Tradicionalmente llegan a México migrantes de Guatemala, El Salvador y Honduras, y desde el Caribe, los cubanos, pero a todos ellos ahora se unen los ciudadanos procedentes de Haití.

    Aunque los llamemos indocumentados, la verdad es que México siempre ha tenido una política de puertas abiertas a los extranjeros, sobre todo con los latinoamericanos, pero en los últimos años la migración se ha disparado de tal manera que el Gobierno mexicano ha comenzado a intentar regularla.

    Una de las primeras acciones está dirigida en contra de los venezolanos, a quienes se les comenzará exigir una visa desde el próximo 21 de enero. La medida es dura si la vemos desde la perspectiva histórica de la relación entre los dos países, en algún momento naciones hermanas.

    Sin embargo, hay que entender que la medida no tiene como trasfondo la relación entre México y Venezuela, si no en las exigencias de Estados Unidos para contener la oleada de venezolanos que entran a su País, a través de México.

    Venezuela se une a países como Guatemala, Haití y El Salvador a los que se les solicita visa, pero la verdad es que hace falta hacer mucho más que obstaculizar la entrada para resolver el problema de la migración.

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