Fuera de Sinaloa se menciona a Mazatlán y sus problemas para enfrentar la crisis sanitaria provocada por “la tercera ola” de contagios de Covid-19.

El puerto siempre llama la atención, sus playas, su fiesta, su vocación natural para ser visto, visitado, imaginado, hacen que desde Monterrey a la Ciudad de México, y de Guadalajara a Tijuana, los noticieros presenten sus hospitales colapsados, las filas, los estragos del virus en la población.

Pero acá dentro, en Sinaloa, todos sabemos que el verdadero epicentro de la pandemia se encuentra en Culiacán.

Desde que inició la pandemia, las cifras de contagios históricos, nuevos casos y defunciones siempre han estado más altos en la capital sinaloense.

La razones son muy sencillas, su demografía, su movimiento comercial, administrativo, gubernamental, hacen de Culiacán una ciudad mucho más vulnerable a los contagios provocados por el Covid-19.

Culiacán sufre, pero Mazatlán es el vigilado desde afuera, lo que paradójicamente ha servido para que el Gobierno federal voltee a ver a Sinaloa y responda a las peticiones del Gobierno estatal, enviando miles de vacunas.

Ahora serán las dos ciudades, junto con Ahome, las que recibirán miles de vacunas, con la esperanza de salvar vidas.

Con los altos niveles de contagios y los decesos que ya empezaron a dispararse en el estado ya ni quien hable del regreso a las aulas en este próximo ciclo escolar.

Hay que recordar que tanto el Presidente Andrés Manuel López Obrador, como el Gobernador Quirino Ordaz Coppel habían asegurado que contra viento y marea los estudiantes regresaban a los planteles en agosto.

Pero no esta vez, la realidad de la pandemia golpea todos los aspectos de nuestra vida cotidiana y por desgracia el sector educativo es uno de los más afectados.

Y fue ayer precisamente cuando el Gobernador del Estado prácticamente lo descartó al señalar que se espera en Sinaloa que en octubre se alcance el 80 por ciento de la población vacunada, lo cual es clave para hablar de un regreso a las aulas.

Esto quiere decir que por lo menos hasta octubre no tiene ni caso hablar de un regreso a clases.

También hay que esperar a ver cómo se comportan las cifras, las únicas que nos irán diciendo si es posible soñar con regresar a la normalidad.

Ahora, veremos qué dice el Presidente, quien, hasta hace unas semanas apostaba todos su reales al regreso a las aulas.

La lucha por las diputaciones plurinominales sigue, ahora hasta afuera de Sinaloa anda el tema, para que resuelvan las salas, una vez que el Teesin desechó estas peticiones por infundadas.

En primer lugar, el PAN que dice que una de las pluris que le entregaron al PRI le corresponde al partido albiazul, no han dejado de pedirla.

Que tiemble Gloria Himelda Félix Niebla porque en caso de fallo positivo, sería su pluri la que se cedería al PAN.

Por otro lado está Héctor Melesio Cuén Ojeda, que pelea una pluri para el Partido Sinaloense, que es precisamente la que le tocaría a la aún Diputada Angélica Díaz Quiñónez para que sea parte también de la 64 Legislatura, pero por el momento en Sinaloa batearon esta solicitud.

Por más que toquen puertas puede que ni procedan ambas peticiones, pero de que se irán hasta la última instancia sí lo creemos, ya pasadas las elecciones cualquier alianza se deshace cuando la repartición de espacios da poder.

Y a final de cuentas es lo único que les importa a nuestros políticos, si no ni perderían el tiempo en andar de alborotados.

El que de plano no se acostumbra a su cargo es el Rector de la Universidad Autónoma de Sinaloa, Jesús Madueña Molina.

El Rector se ha distinguido por leer todos sus discursos, y en cada uno se equivoca.

El martes, en un evento con la Secretaría de Seguridad Pública y Tránsito Municipal de Culiacán le cambió el nombre dos veces al titular de la dependencia municipal.

“Mauricio García Coronel”, dijo dos veces.

Cabe aclarar que el titular de la corporación lleva el apellido de García Rodríguez y su cargo es Coronel, seguramente de ahí la confusión del académico.

Será responsabilidad del Rector equivocarse o de su grupo de comunicación, ¿quién sabe?

Urge que atienda el tema, pues termina haciendo el ridículo y regalando momentos incómodos.

Quisiéramos que las lluvias ya no fueran noticia pero lamentablemente cada que empieza a caer agua en Culiacán, Mazatlán o Los Mochis es sinónimo de víctimas.

Las autoridades han fallado una y otra vez en la prevención de inundaciones que le cuestan a los sinaloenses más que daños materiales.

El Ayuntamiento de Culiacán y Protección Civil deben tomar acciones verdaderamente contundentes para hacer una reingeniería a la ciudad y dejen de ocurrir muertes por omisión de la autoridad.

En Mazatlán se han hecho algunas adecuaciones, pero los riesgos de inundaciones sobreviven en sitios muy puntuales de la ciudad.

A raíz de la crisis climática podría esperarse que haya lluvias cada vez más fuertes y en menor tiempo, lo que desquiciaría una y otra vez a las ciudades sinaloenses si no se toman cartas en el asunto.

Las acciones deben ser integrales entre obra pública y recuperación de áreas verdes que ayuden a retener el agua también aportando al medio ambiente, los expertos están en el IMPLAN, es cuestión de no solamente escucharlos sino tomarles la palabra.

También hay que trabajar más en la concientización, en una verdadera cultura de manejo de nuestra basura.

Ayer, un día después de la fuerte lluvia del miércoles en Culiacán, las calles, alcantarillas y ríos se veían copados de basura, desechos domésticos, la escena no es nueva y mucho habrá que hacer también.

Sinaloa es tarea de todos, decía un eslogan político, pero sí, las lluvias y su relación con la basura es tarea de todos.