"Aciertos y yerros"

De qué tamaño es el cáncer que corroe a México, se acusa que la táctica del Presidente Andrés Manuel López Obrador, de cerrar los ductos para evitar más robos de combustibles, ha llevado a la población de 25 estados de la República a padecer desabasto de gasolina.

Y sí, nadie puede negar lo evidente, largas filas para abastecer los automotores y el consiguiente enojo de los consumidores.

Sin embargo, de acuerdo a cuatro consultas de dos diarios nacionales y dos empresas encuestadoras muestran que la estrategia tiene la aprobación de la mayoría de los ciudadanos.

Eso no es razón para no escuchar a la otra parte enojada por el desabasto.

Una estrategia que no previó el alcance de perjuicio a las actividades productivas se antoja a simple vista como peor el remedio que la enfermedad, sin embargo, esa posición simplista es peligrosa.

Ninguna enfermedad es mejor que buscar una medicina adecuada.

Así sucedió en la llamada guerra contra el narco, se lanzó al Ejército a las calles a combatir a los grupos criminales y es hora que el baño de sangre no cesa.

A años de esa decisión ya hay análisis de las fallas en esa estrategia, mal planeada y mal realizada.

Esta vez no se desea que pasen años para ver qué tan mal planeada fue la estrategia de guerra contra el robo de combustible.

Primero; las afectaciones económicas son inmediatas, cada día que pasa el daño monetario es mayor.

Segundo; el sexenio dura seis años, no es el hilo negro, son 72 meses, 324 semanas, y ya van 1 mes y medio; si el Presidente quiere acabar con la corrupción, aún le faltan otros frentes llenos de pus.

Urge una respuesta más eficaz y rápida contra el llamado huachicoleo, urge que el desabasto termine, urge el desmantelamiento de las bandas, de a pie y de cuello blanco, beneficiarias del robo a Pemex.

Ya ayer se dieron cifras del daño, de estaciones de servicio señaladas en la compra de combustible ilegal y carpetas de investigación, tanto en el Sistema de Administración Tributaria como el seguimiento en la Procuraduría General de la República.

Escatimar el apoyo a este esfuerzo sería mezquino; no señalar los yerros sería irresponsable.