Jesús Héctor Muñoz Escobar
Se evitó un problema que podría haber enfrentado el Gobierno de López Obrador con su decisión de no paralizar la construcción del Nuevo Aeropuerto Internacional de México y darse cuenta a tiempo que no fue suficiente su plática con las empresas constructoras mexicanas que aceptaron su explicación, sino que los propietarios de los bonos se empezaron a mover y analizar una posible demanda a nivel internacional.
Sorpresa inteligente porque pocos esperaban que un día después de asumir el poder, el Jefe del Ejecutivo anunciara que las obras del NAIM no se suspendían hasta analizar la estrategia para hacer frente a los compromisos con inversionistas.
Este lunes dispusieron de mil 800 millones de dólares para iniciar la compra de los bonos y así ir despejando el camino para evitar que al darse en los hechos la cancelación de la obra, los propietarios de esos bonos se vayan a un juicio, que sería en Nueva York, Estados Unidos, porque bajo las leyes de aquella ciudad se emitieron estos documentos.
Realmente ¿Había necesidad de llegar a una situación así?, porque esos mil 800 millones de dólares bien podrían ser usados en algo más productivo, porque los propietarios de los bonos no tendrían por qué dudar de la certeza de su inversión.
Ahora sí, ya con la responsabilidad de ejercer el poder, el mismo López Obrador y su propuesto Secretario de Hacienda (aún lo tiene que ratificar la Cámara de Diputados), Carlos Urzúa tendrán que emitir un mensaje de certidumbre e insistir, cuantas veces sea necesario, que existe la garantía de que se van a respaldar esas inversiones.
La certidumbre jurídica que se ha creado en México en las últimas décadas significó un gran esfuerzo para varias generaciones de mexicanos y no puede echarse por la borda, porque sin ella no habrían llegado a México 171 mil millones de dólares en el sexenio del Presidente Enrique Peña Nieto.
Esos 171 mil millones llegaron como inversión directa, no en la compra de acciones en la bolsa de valores para especular, sino que se invirtieron en la creación de empleos a través de las grandes empresas que aquí se instalaron.
Manejar las finanzas de un país no es cosa menor, tiene la mayor relevancia para conservar niveles de bienestar de la población, así que fue inteligente la reacción que y la actuación fue con cautela, porque una crisis económica como las que se vivieron sexenios atrás sería una tragedia.
Por lo pronto, el presidente de la Coparmex, Gustavo de Hoyos, anunció que impugnarán ante el Poder Judicial en México y en el extranjero, la decisión de cancelar el proyecto del NAIM. Estaremos atentos.
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