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"Opinión"

"AMLO y las mujeres"

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11/03/2019

    Roberto Blancarte

    roberto.blancarte@milenio.com

     

    Estoy convencido que, si alguien logrará enderezarle el rumbo a López Obrador, serán las mujeres. Véase por ejemplo cómo el tema de las estancias infantiles y de los refugios contra la violencia doméstica y de género han tenido un impacto no sólo fuerte sino duradero. Y aunque AMLO sigue empecinado en su visión de las cosas, en el fondo ha tenido que dar marcha atrás a su proyecto original. 

    Las mujeres no lo van a soltar, en primer lugar, porque tienen razón, en segundo porque les afecta directamente y en tercero porque suelen ser más pragmáticas y se preocupan por los resultados concretos, más allá de la verborrea ideológica del Presidente. 

    De hecho, si alguien ha frenado su concepción más conservadora del mundo son algunas de las mujeres que lo rodean y lo apoyan. Sucedió cuando AMLO se alineó con el discurso del PES y esbozó algunas ideas conservadoras que evidentemente repercutirían en la concepción de la familia y los derechos de las mujeres. 

    El entonces candidato tuvo que corregir y desde entonces marginó de manera relativa a los evangélicos más conservadores, ofreciendo garantías a sus múltiples seguidoras feministas. Y entre sus colaboradoras más cercanas se encuentran funcionarias convencidas de que éste es el momento para avanzar en la agenda de los derechos de las mujeres. Es el caso de Claudia Sheinbaum, Olga Sánchez Cordero o Jesusa Rodríguez, entre muchas otras. 

    Pero, además, fuera del círculo de morenistas, desde la oposición o desde la ahora mal querida sociedad civil, muchas mujeres están haciéndole frente a las políticas equivocadas o a los titubeos del Presidente en la materia. Ya muchas se encargan de hacerle marchas y mítines, o de gritarle que los derechos no se ponen a consulta, como por ejemplo en el caso del derecho a la interrupción del embarazo. 

    El asunto no es nuevo, las mujeres se han venido empoderando y son, por obvias razones, las principales interesadas en que las cosas cambien. Recuerdo muy bien, por ejemplo, que fueron tres diputadas (Elsa Conde del Partido Socialdemócrata, Martha Tagle de Convergencia, hoy Movimiento Ciudadano y Rosario Ortiz del PRD) quienes me pidieron les ayudara a redactar una iniciativa para establecer al Estado laico en la Constitución. 

    Fueron ellas las que le dieron el primer impulso a lo que años después se convertiría en la reforma constitucional que estableció la República laica en México. 

    No es una casualidad que hayan sido tres mujeres las de esta iniciativa. Como tampoco es accidente que sean las mujeres las que tengan que enfrentar en primera línea la ambigüedad o de plano abierto conservadurismo personal de AMLO en todas las materias que involucran finalmente sus derechos y libertades.

    Reitero entonces mi convicción de que, si alguien logra corregir a López Obrador, sin duda serán las mujeres. Y no sólo en sus aristas más conservadoras y machistas, sino también en las más autoritarias y antidemocráticas. La razón es que todas éstas características suelen aparecer juntas. Las mujeres saben que no hay nada peor que un machín autoritario y que la mejor manera de defender sus derechos es limitar su poder.

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