@rodolfodiazf
Casi todos anhelamos vivir con seguridad, ser reconocidos y tener una posición social estable. Esto no necesariamente se traduce como vivir con toda comodidad y resueltas todas las necesidades, pero sí contar con un rango de satisfacción adecuado.
No obstante, actualmente se ha desarrollado una fiebre epidémica por ser estimado y tener riquezas para sobresalir en la vida y conseguir la felicidad. Esta ansiedad por el estatus lleva a temer excesivamente el fracaso o caer en el descrédito. La opinión de los demás es como una guillotina que está presta a degollar a los perdedores.
En entrevista con Eduardo Punset, el filósofo Alain de Botton explicó que esta ansiedad por el estatus es provocada por el apego obsesivo a los comentarios de los demás sobre nuestros logros o éxitos. “Porque, en realidad, fuera de tu círculo de amigos y personas queridas, a nadie le interesa lo que querías hacer, o lo que tal vez hagas algún día... a la gente sólo le interesa lo que has conseguido realmente. Y los logros reales son muy susceptibles a los caprichos de la suerte, y a los de la inspiración”.
Añadió que el capitalismo moderno nos ha creado necesidades, complejos y ansiedades que no tienen razón de ser. “Hace cinco años, nadie pensaba que tener un televisor voluminoso fuera un problema. Pero hoy lo es, se ha convertido en un problema. Y ésta es la función del capitalismo moderno: crearnos complejos, ansiedades que antes no existían”.
Explicó que aunque tenemos un nivel de vida extremadamente alto, la gente no se siente satisfecha. “Sin embargo, ¡la gente no se siente rica! Y no se siente rica porque no dice: “¿cuánto tenía mi tatarabuela?” sino “¿cuánto tiene ahora ese chico que fue conmigo al colegio?”.
¿Me obsesiona mi estatus?
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