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"Opinión"

"Covid-19 obliga a sinaloenses a morir en casa"

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    Oficialmente, según datos de la Secretaría de Salud Estatal encabezada por el Doctor Efrén Encinas, la pandemia de Covid-19 ha matado a 3 mil 525 personas en Sinaloa con cifras al 23 de octubre pasado.

    Pero la realidad es más triste que los datos oficiales. A través de una solicitud de información que hacemos de manera sistemática y mensual en Noroeste, descubrimos al revisar caso por caso las causas de defunción de todos los sinaloenses fallecidos del 1 de enero al 31 de agosto de 2020, que las cifras oficiales subestiman casi en 40 por ciento los decesos asociados a Covid-19, las cuales se clasifican en cuatro categorías: Covid-19 confirmado, Sospechoso de Covid-19, Probable Covid-19 y Neumonía atípica.

    Es decir, el total real de personas fallecidas en Sinaloa de marzo a agosto de 2020 por esos cuatro diagnósticos es de 3 mil 829 personas; mientras que los datos oficiales de la Secretaría de Salud estatal al 31 de agosto consignaron apenas 2 mil 788 muertes por Covid-19 para una diferencia de mil 41 muertes menos, lo que representa una subestimación del 37.34 por ciento de los fallecidos en Sinaloa por la pandemia.

    De considerar esa subestimación, podemos inferir que en Sinaloa habría, por lo menos, unos 4 mil 800 muertos por Covid-19 a fechas actuales y no los 3 mil 525 que consignan los datos oficiales. La diferencia no es menor, son mil 300 muertos.

    Pero la epidemia de Covid no solo nos ha dejado muertos de manera directa, sino que ha afectado las maneras y los lugares en que mueren los sinaloenses como consecuencia del confinamiento, el cambio en los protocolos de acceso y atención en los servicios públicos de salud; así como la desconfianza y el temor de los ciudadanos para buscar y recibir atención médica por el riesgo a resultar contagiados.

    Con datos al 31 de agosto pasado, este 2020 han muerto 3 mil 880 personas más en Sinaloa que en 2019. Los municipios donde la variación en la mortalidad es más grande son Mazatlán con 952 muertes más, Culiacán con 836, Ahome con 686 y Guasave con 668. Badiraguato y San Ignacio registran variaciones negativas de -66 y -24 muertes, respectivamente, lo que podría atribuirse a la falta de registro o el cambio de municipio de en el mismo.

    Pero el dato más abrumador surge de los cambios en los lugares de fallecimiento. Con 6 mil 97 decesos registrados al 31 de agosto pasado, este 2020 han fallecido mil 772 personas más en su Hogar con respecto al año anterior, cuando se registraron 4 mil 325 decesos para un incremento del 40 por ciento.
    El segundo sitio de mayor mortalidad tiene todo el sentido. Las muertes en hospitales públicos y privados crecieron 37 por ciento al pasar de 5 mil 318 en 2019 a 7 mil 441 este 2020. Aunque básicamente crecieron por el Covid y no por otras enfermedades.

    También hay variaciones positivas atribuibles al confinamiento y la reducción de la movilidad. Por ejemplo: 45 muertes menos que el año pasado en la vía pública, caminos, carreteras y calles. O 55 muertes menos en accidentes de tránsito.

    Pero no todos las personas que murieron en su hogar murieron de Covid. De hecho murieron mayoritariamente de otra cosa. Y esa otra cosa son infartos y paros cardiorespiratorios.

    Hay un incremento escandaloso en las muertes por esta causa con respecto al año anterior en hogares de Sinaloa, pues este 2020 se han registrado mil 461 fallecimientos de ese tipo, de los cuales el 92 por ciento falleció en su hogar; lo que representa un crecimiento de 80% con respecto a 2019. En contraste, las muertes por infarto y paro cardiorespiratorio en hospitales públicos, privados y militares solo crecieron 8%.

    Pero lo más grave es que las muertes de personas en hospitales por causas no asociadas a Covid-19 se redujeron en 22 por ciento. Es una mala noticia porque hablamos de personas que murieron sin ser atendidos en un hospital.
    Es decir, mientras que el año pasado murieron 5 mil 230 personas en hospitales públicos, privados y militares por diversos padecimientos como diabetes (12 por ciento), choque séptico (11.9 por ciento) o cáncer (11.1 por ciento), este año se han registrado 4 mil 35 muertes para una diferencia de mil 195 muertes menos. Las variaciones más significativas son en causas como en cáncer con 13.72 por ciento, choque séptico con 12.97 por ciento, insuficiencia renal con 13.97 por ciento, neumonía con 11.88 por ciento y diabetes con 8.28 por ciento del total.

    La pandemia ha puesto a prueba las precarias capacidades de nuestro sistema de salud para contenerla, pero sin descuidar la atención a la larga lista de padecimientos crónicos que los ciudadanos sufren. Los datos enseñan que la reconversión hospitalaria, la priorización de la pandemia y el temor y desconfianza de la población para acudir a un hospital está afectando la atención en otros padecimientos y obligando a las personas a morir en casa.

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