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"Observatorio"

"Cristóbal Castañeda, viraje en la SSP. Generales rudos o el Teniente afable"

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OBSERVATORIO

    alexsicairos@hotmail.com

     

    Lo novedoso, y por lo tanto intrigante, en la designación del Teniente Coronel Cristóbal Castañeda Camarillo como Secretario de Seguridad Pública en Sinaloa es la declinación de los generales del Ejército a un cargo que uno tras uno han desdeñado y tomado el desempeño del mismo como una especie de sabático en sus carreras castrenses. Al otorgarse a un rango menor la titularidad de la SSP podría interpretarse como la disminución también en la militarización de la lucha contra la violencia.

    Cristóbal Castañeda lleva todo el gobierno de Quirino Ordaz Coppel tomando las principales decisiones en seguridad pública, sin estar al mando. Su grado de dos estrellas lo puso como subordinado de las insignias que llevan el águila en el escudo, pero él prefirió los reflectores antes que las jerarquías.

    Le encanta aparecer en los medios. A los generales con los que trabajó como Subsecretario de Seguridad Pública les gustó que otro diera la cara mientras ellos cuidaban el sigilo militar que consideraban blindaje ante cualquier ataque de la delincuencia relacionado con el puesto desempeñado. En razón de tal ecuación de exposición y secrecía, se acuñó la frase “las cámaras para Camarillo y los privilegios para el Secretario”. 

    Es decir, lo que hicieron los generales Genaro Robles Casillas (enero 2017 a julio 2018) e Inocente Fermín Hernández Montealegre (julio-diciembre de 2018) es corresponsabilidad también de Castañeda Camarillo incluyendo la estadística oficial que da cuenta de 2 mil 600 homicidios registrados durante la actual administración estatal, con corte a noviembre.

    Lo saben los policías rasos, comandantes y hasta el Gobernador. Los generales del Ejército asignados a las Secretarías de Seguridad Pública de los estados del País interpretan los nombramientos como vacaciones todo pagado, casi siempre en la cercanía de la edad de retiro o bien para que se “enfríen” de escándalos que empañan sus hojas de servicios.

    A Robles Casillas le jugó en contra el repunte del 50 por ciento en homicidios dolosos que se registró en el primer año del gobierno de Quirino Ordaz, con mil 565 casos, superando las mil 162 muertes violentas ocurridas en 2016, el último año del sexenio de Mario López Valdez, y las 996 de 2015, el penúltimo. En junio de 2018, el mes anterior al relevo, Robles rendía malas cuentas al rebasar los asesinatos la barrera de los 100 por mes que mantuvo durante el primer semestre de 2017.

    Esto derivó en que el entonces Secretario de la Defensa Nacional, General Salvador Cienfuegos, mandara a Hernández Montealegre a Sinaloa mientras pasaba la etapa crítica de la acusación de haber sido uno de los operadores el sistema informático Pegasus, con el cual el gobierno de Enrique Peña Nieto espió a sus adversarios y críticos, según se ventiló en la segunda mitad de 2017. Una vez “limpio” vuelve a la Sedena como jefe de Inteligencia.

    El nombramiento de generales al frente de la SSP en Sinaloa tiene un efecto más persuasivo que efectivo. Los militares de alto rango crean la sensación de estrategas de guerra poco proclives al fracaso y con mayor plafón ético, pero gradualmente las grandes organizaciones del crimen vertebrado los fueron considerando tan vulnerables como los civiles al dirigir las corporaciones de seguridad pública.

    Por eso la llegada de Cristóbal Castañeda podría interpretarse como señal de flexibilización de la estrategia de militarización de los operativos para proteger la vida y los bienes de los sinaloenses. El tercer Secretario de Seguridad Pública en casi dos años transcurridos de los cuatro y 10 meses que Quirino Ordaz Coppel gobernará, trae consigo un guiño hacia aquel tipo de mando de corte más civil que militar.

    Y sí habrá un cambio. Al menos del hostil ostracismo de los generales, con Cristóbal Castañeda habrá más posibilidades de interlocución con la sociedad y los medios de información.

     

    Re-verso

    Otro General que ya se va,

    Y un Teniente que se queda,

    Pero el ruego durará:

    ¡Ojalá que este sí pueda!

     

    Semáforo verde olivo

    De acuerdo con estimaciones del mando coordinado entre la Tercera Región Militar y el Gobierno del Estado, a partir de este diciembre podrá verse la reducción de los índices delictivos como resultado de la operación permanente en Sinaloa de 3 mil 500 elementos de la Policía Militar. Con ello se busca cerrar la tendencia que en el segundo semestre de 2018 presenta a la baja ilícitos de alto impacto como los homicidios dolosos, que en noviembre registraron 68 casos.

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