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"Opinión"

"¿Cuáles son las políticas sobre protección y rescate del medio ambiente?"

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19/07/2019

    Rafael Morgan Ríos

    cp_rafaelmorgan@hotmail.com

    Los últimos artículos se han referido a la necesidad de que exista y se aplique el Principio del Orden en todas las actividades, decisiones, programas y políticas del gobierno, por lo que se intentó encontrar ese Principio en el aspecto de la ecología, de la protección y rescate de la flora y la fauna, de la conservación y limpieza del agua dulce, de las playas y los mares, así como de la conservación del suelo y la limpieza del aire en México, pero simplemente no encontré Orden, vaya, ni siquiera desorden, pues no ubiqué políticas de gobierno, ni siquiera programas, sólo acciones en contra del medio ambiente y algunas, muy pocas, acciones a favor.

    Por ejemplo, hace unos días en la Comisión para la Cooperación Ambiental, firmó el Gobierno mexicano junto con representantes de Canadá y Estados Unidos, un plan de trabajo para impulsar el combate a la basura marina y al desperdicio de alimentos, esto, ante la contaminación y de desechos industriales, poblacionales y agropecuarios que no han tenido ningún control.

    Hasta la fecha no se aprecia el interés gubernamental por cumplir el Acuerdo de París de lograr que la temperatura del planeta no aumente 1.5 grados para antes del 2030; México se comprometió a disminuir 22 por ciento la emisión de gases de efecto invernadero. Las alarmas ambientales en la Ciudad de México de hace unos días, se debieron no sólo a los incendios forestales en el Valle de México, sino también a que la CFE eliminó los anticontaminantes en el consumo de combustibles en sus plantas, motivado por los “benditos” recortes presupuestarios.
    No hay acciones claras y constantes para la protección y mejora del ambiente. México difícilmente cumplirá los Acuerdos de París con decisiones como reabrir las minas de carbón para consumo de la CFE, la cual ya firmó contrato por 300 mil toneladas de carbón, que contamina más que el combustóleo y mucho más que el gas.

    Aunque se ha hablado de sembrar árboles, lo cierto es que los recortes presupuestarios y de personal en la Comisión Nacional Forestal, la Profeco, la Semarnat y la Comisión Nacional de Áreas Protegidas, ha ocasionado no sólo el descuido en el combate oportuno a los incendios, sino también en el combate a la tala indiscriminada de los bosques nacionales.

    Como se consideró que la “invasión” de sargazo en cientos de kilómetros de playas “no era un problema grave”, las autoridades se han estado haciendo las desatendidas y la limpieza de playas y aguas territoriales se ha abandonado o reducido por falta de personal y de presupuesto.

    Algunos problemas concretos que han incidido en la falta de cuidado y control de flora y fauna, se tiene en la explotación criminal de la vaquita marina, en vías de extinción; el que una empresa minera haya arrojado miles de litros de ácido sulfúrico al mar de Cortez, envenenando una amplia zona en donde no sólo hay peces y otras especies mayores, sino todo un hábitat de micro especies que de seguro fueron eliminadas; el hecho de que la Semarnat haya extendido una Manifestación de Impacto Ambiental para la instalación de una planta procesadora de amoniaco en Topolobampo, Sinaloa, “reservando indebidamente el grado de impacto y ocultando datos de la vegetación y fauna afectadas”, argumentando principalmente la generación de ingresos y de empleos, obviando la contaminación de la zona y la muerte o desaparición de especies que tendrán que emigrar al cambiar drásticamente su hábitat.

    El futuro está en las empresas sustentables, en una agricultura sin fumigantes ni herbicidas; en una pesca ordenada atendiendo los tiempos de veda y cuidando los enseres para pescar; en todo un programa de energías limpias; en un proceso de educación de niños y jóvenes, de empresarios y gobernantes sobre el cuidado y protección del medio ambiente.

    Da mucho que pensar las decisiones de construir una nueva refinería en Dos Bocas, Tabasco, para procesar 340 mil barriles de crudo diarios en una superficie de 704 hectáreas. Igualmente la construcción del Tren Maya, que cortará toda la península en más de 400 kilómetros afectando selvas, fauna, zonas arqueológicas y en general todo un hábitat natural. Finalmente, el Presidente no asistió a la reunión del G-20 donde se trató el tema del medio ambiente, a pesar de que México tiene compromisos y responsabilidades.

    Ante todo lo anterior, estimado lector, puede usted discernir ¿cuál es la política sobre el medio ambiente en México?

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