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"OBSERVATORIO"

"Culiacán es rehén del delito común. Muerte de Mirsha salpica al Alcalde"

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OBSERVATORIO

    alexsicairos@hotmail.com


    Entre los reclamos que Enrique Maytorena les hace a los empresarios por guardar silencio ante el cambio en reversa que el Alcalde Jesús Estrada Ferreiro implementa en Culiacán, están el que refiere la falta de seguridad pública apropiada y el hecho de que no hay autoridad que ponga orden en las calles. Apenas terminaba de decirlo, cuando la trágica realidad hace su parte con el brutal crimen de Mirsha Francisco Herrera Gastélum, miembro de las Fuerzas Básicas del equipo de futbol Dorados de Sinaloa.

    La absurda muerte del futbolista no habría sucedido si las corporaciones policiacas hicieran la tarea de prevención que les corresponde y la autoridad municipal tuviera una idea, elemental aunque sea, del peligro al que está expuesta la población en general debido a que la delincuencia común percibe y capitaliza la ausencia de gobierno. Más trágico quizá que la violencia misma es la ineptitud de servidores públicos que ocupan los cargos sin saber qué hacer.
    El ataque a Mirsha está lejos de ser la agresión funesta a un deporte, al sector joven de la población o al proyecto de vida que el muchacho se labraba en la organización Dorados. Es la certificación de la autenticidad que acecha a la sociedad en general cuando las instituciones y quienes las presiden carecen de capacidad, voluntad y arrestos para garantizar la convivencia sin los estragos crueles de la violencia.
    Enfrentado con la Policía Municipal y entretenido en ver cómo les descuenta a los jubilados de la corporación un buen porcentaje de las primas que reciben, el combate a la violencia consuetudinaria es inexistente porque no hay estrategia, ni agentes policiacos que quieran entrarle con todo a enfrentar el delito y ni siquiera un Alcalde que tenga interés en desarticular la maquinaria delincuencial de menor espectro, que es la que preocupa a los culiacanenses.
    Es de alto impacto que el balompié local pierda a un talento en ciernes, sin embargo, en esta otra baja que Sinaloa sufre hay que ver también a centenas de personas que caen sin deberla no temerla en las celadas del crimen. Los maleantes que no califican como delincuencia organizada operan a sus anchas, sin Policía Municipal que los arredre, y si alguien pensó que la Policía Militar y la Guardia Nacional vienen a combatir ese tipo de ilícitos, pues pecó de excesiva e imperdonable ingenuidad.
    Es impostergable que el Gobierno de Culiacán empiece a analizar y tomar decisiones sobre esa parte de delito que sí le compete atender. Del homicidio motivado porque la víctima asaltada no traía un peso que le quiten, o se resistió a que la despojaran de la quincena al salir del cajero automático, el comerciante de la colonia que no vendió tanto como el ladrón esperaba, o porque el ama de casa del domicilio allanado tenía poco para ofrecerle como botín al malandrín.
    La vía libre a los infractores que del asalto y el robo saltan vertiginosamente al homicidio delata la inmutable permisibilidad del Gobierno de Culiacán. Qué importaría que la ciudad tuviera un Alcalde rezongón, con la visión del que atiende una menudería y no una institución pública de gran envergadura, si ese mismo malhumor y argüendería lo aplicara para garantizar la protección de la vida y el patrimonio de los ciudadanos.
    Quiera o no Estrada Ferreiro al menos una gota de la sangre inocente del futbolista Herrera Gastélum lo salpica en reclamo a la incapacidad que muestra en materia de seguridad pública. Con policías rebeldes a un Edil que no los comprende ni los apoya, son los culiacanenses los que quedan a expensas de aquellos que con arma blanca o de fuego en mano toman la vida de gente pacífica como trofeo de ingobernabilidad.
    A eso se refiere Enrique Maytorena, ex director del Consejo para el Desarrollo Económico de Sinaloa, y ex funcionario de la Secretaría de Desarrollo Económico del Gobierno del Estado, al incitar a los empresarios y sus organizaciones a que alcen la voz y se involucren cuando ven que el Alcalde Estrada Ferreiro “se ha dedicado a comportarse con arrogancia y prepotencia creyendo que en todo tiene la razón y que solo su voz debe ser escuchada”.
    Y hace el planteamiento que no tarda en expresarse en boca de todos los ciudadanos que se sienten frustrados por el trabajo hecho en Culiacán por la llamada Cuarta Transformación. “Si no puede, renuncie”, es la exigencia que de un momento a otro será por unanimidad, así callen las organizaciones de la sociedad que guardan silencio más por miedo a que les afecten sus intereses que por falta de valor civil.
    ¿Qué falta para que todo Culiacán esté gritando que Estrada Ferreiro renuncie a la Alcaldía? Hay voces, cada vez más, que murmuran tal exigencia.


    Reverso

    Si el Congreso hace nada,
    Y Morena es indiferente,
    Resiste Culiacán, sé paciente,
    No es para siempre Estrada.

     

    Mazatlán sí pudo

    La información actualizada del Semáforo Delictivo en Sinaloa muestra a Culiacán con semáforo rojo (alta incidencia) en la comisión de delitos de robo a casas, robo a negocios, violencia familiar, lesiones y violación, información que redunda en el descuido de aquellos ilícitos que requieren de prevención de parte del Gobierno municipal. Y en contraste, el Alcalde de Mazatlán, Luis Guillermo Benítez Torres, presenta en verde (a la baja) el robo a casas, robo a negocios y violación, así como luz amarilla (moderado) en violencia familiar y lesiones. Billy Chapman en Ahome registra un escenario en este tipo de violencia muy parecido al de Culiacán. Es decir, “El Químico” es el que mejores resultados da de los alcaldes de Morena.

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