"Cultura de la prevención"

Desde antiguo, el ser humano escudriña los diversos signos y señales que ofrece la naturaleza para prevenir daños y catástrofes, como dijo Jesús: “Cuando ven que una nube se levanta por occidente, al momento dicen: “Va a llover”, y así sucede. Y cuando sopla el sur, dicen: “Hará calor”, y así sucede” (Lc 12,54-55).

 

La práctica de esta cultura de prevención se dificulta por las inconsistencias del cambio climático. Sin embargo, la evolución tecnológica permite contar con aparatos e instrumentos precisos para hacer pronósticos aproximados a la realidad.

 

Pero, la tecnología sola no funciona. Requiere de personas atentas y expertas que estén observando e interpretando constantemente los datos para predecir el itinerario de una depresión o huracán. Es cierto que los meteoros no tienen palabra y cambian de última hora su trayectoria, empero, hay posibilidades de anticipar medidas y evitar mayores riesgos. La primera medida precautoria consiste en mantener informada oportunamente a la población de la magnitud del evento para evitar catástrofes y, sobre todo, la lamentable pérdida de vidas humanas.

 

Muchos habitantes de Culiacán se quejaron de que las autoridades no avisaron de las intensas lluvias de la depresión tropical 19-E. La mayoría esperaba alguna declaración de las autoridades educativas sobre suspensión de clases porque las lluvias comenzaron temprano; no obstante, en esta ocasión no hubo ningún comunicado. Se quejaron de que muchas otras veces suspenden clases por cualquier “resfriado”, y con mayor rigor lo deberían haber hecho en el caso de esta “neumonía”. Siempre será mejor prevenir que lamentar.

 

¿De qué sirve contar con un mapa o atlas de riesgos, si los estragos de las tragedias son recurrentes? Ciertamente, los pobladores tenemos alguna culpa al asentarnos en terrenos riesgosos o por tirar basura que obstruye canales y drenajes pluviales.

 

¿Cultivo la prevención?

 

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@rodolfodiazf