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"Opinión"

"Decisiones del nuevo régimen que dañan el medio ambiente (II)"

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18/01/2019

    Rafael Morgan Ríos

    Algunos de los integrantes del Consejo Ciudadano de Ecología del Estado de Sinaloa, me urgieron que ampliara algunos de los efectos que para el medio ambiente se sufriría con las decisiones del actual régimen del Gobierno de México, es decir, sobre las millonarias inversiones en una nueva refinería y la reconfiguración de las refinerías, que apenas están produciendo al 30 por ciento de su capacidad, así como sobre la súper inversión en el llamado Tren Maya que circunvalaría la península de Yucatán y finalmente sobre las órdenes giradas por la Secretaría de Energía, para que no se aplique la NOM-016 de la Comisión Reguladora de Energía (CRE), que establece que a partir del 1 de enero de este año sólo se consuma diésel de ultra bajo azufre (UVA), esto es, que el contenido de azufre en el diésel contenga un máximo de 15 miligramos por kilogramo.
     
    En todo el mundo la tendencia es hacia las energías limpias: la hidráulica, la solar, la eólica, la eléctrica, etc. para disminuir el consumo de petrolíferos. Todas las compañías fabricantes están incrementando la producción de autos mixtos de electricidad por pilas y gasolina, o bien, autos solamente eléctricos y algunos hasta con paneles solares en los techos; todo ello con la intención de disminuir drásticamente las emisiones de CO2 a la atmósfera; igualmente, las fábricas están convirtiendo sus plantas consumidoras de diésel sucio a diesel UVA, o bien, a consumo de gas, que finalmente emite menos CO2. Todo esto indica que la tendencia es a reducir todo lo posible el uso de los derivados del petróleo y se estima que para el 2050 se logre disminuir más del 50 por ciento del CO2 en la atmósfera y atender así, las recomendaciones del Acuerdo de París.
     
    Todavía hay que convencer a muchos dirigentes de gobierno y de empresas; por ejemplo, el Presidente Trump, estableció aranceles de 25 por ciento a los paneles solares importados, lo cual encareció esta fuente de energía en Estados Unidos en momentos en que ya se había alcanzado un nivel competitivo en producción de energía solar.
     
    En cuanto a las consecuencias de afectación del medio ambiente en el sureste del país con el Tren Maya, nada más considérese los 1 mil 525 kilómetros de longitud, por un ancho de 10 metros de vías, más los márgenes de seguridad de 30 metros a cada lado, tendríamos 70 metros por 1 mil 525 kilómetros, se tendría un deterioro de selvas, zonas arqueológicas, montes y valles por miles de hectáreas, desplazando vegetación y fauna y destruyendo el mundo maya; por otro lado, piénsese en la cimentación y el desplazamiento de millones de toneladas de tierra y roca y además traer la tierra adecuada para cimentar; no olvidar también que buena parte del suelo de la península es de naturaleza calcárea, lo que ha permitido la existencia de la mayor reserva de agua dulce del país y la existencia de ríos subterráneos y cenotes, que son prácticamente únicos en el mundo; todo esto se afectará, se modificará para mal o se destruirá para siempre. El argumento para esta decisión es válido: desarrollar el económicamente retrasado sureste del país; llevar empleos, no sólo en la construcción del tren sino en provocar polos de desarrollo en la región, pero debe haber, hay, otros mecanismos de desarrollo económico que no destruya o que dañe menos el ambiente ecológico y arqueológico e indigenista de la península. En un siguiente artículo, se explorarán algunas ideas de creación de empresas ecológicas y de responsabilidad social.
     
    En cuanto a la decisión de suspender o por lo menos ampliar el plazo para dejar de usar diésel sucio por diésel de ultra bajo azufre, como lo mandata la NOM-016 de la CRE, la Secretaria de Energía Rocío Nahle ordenó a la CRE no aplicar la norma, argumentando que Pemex no produce suficiente diésel limpio y que si lo produjera no tiene instalaciones suficientes para almacenarlo y transportarlo; es decir, Pemex no cumplió su preparación para cumplir esta norma, a pesar de que se le dio tiempo suficiente y todo ello se agravó con el cierre de los ductos para controlar el huachicoleo; sin embargo, es necesario aclarar que Pemex actualmente sólo produce el 20 por ciento del diésel que se vende en México, el resto es importado, por lo tanto, sería cuestión de importar diésel limpio, un poco más caro, pero la salud de los mexicanos vale más que el diferencial en costo y si no, que lo digan los capitalinos que constantemente sufren altos niveles de smog.
     
    Conviene buscar soluciones que respeten y mejoren el medio ambiente y no tomar decisiones que no consideran el daño ecológico, actual y futuro.
     

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