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"Opinión"

"Diálogo en el cielo entre un sacerdote y un masón"

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ENTRE COLUMNAS

    Sacerdote: Me han dicho que finalmente aquí me encontraría con un masón, ¿es acaso el que tengo ante mis ojos?

    Masón: Efectivamente padre, soy el que busca, y yo también supuse que lo encontraría aquí. Sé que algunos de los suyos cayeron en vicios y pasiones, y lo entiendo, también ha ocurrido con masones que ejercieron su libre albedrío y no están aquí conmigo. A fin de cuentas los seres humanos somos tan imperfectos.
    Sacerdote: Mucho tenemos por hablar tú y yo, y lamentablemente en vida no tuvimos oportunidad. Aunque siempre quise en mi corazón, mi institución no me lo permitió. Tengo tantas preguntas que no sé por dónde empezar.
    Masón: Bueno, tome asiento padre.
    Sacerdote: Mucho agradezco tu amabilidad, y por favor, omite los formalismos; háblame de tú, aquí todos somos iguales.
    Masón: De acuerdo. Pues empecemos por el inicio, ¿por qué no se te permitió? Para mí siempre eras bienvenido.
    Sacerdote: En vida no tuve oportunidad porque me han instruido que quien se inscribe en una asociación que maquina contra la Iglesia debe ser castigado. Es por ese carácter secreto de tu organización, ese juramento que garantiza lo oculto de sus actividades, por esos complots perturbadores que la masonería ha llevado a cabo en contra de la Iglesia.
    Masón: Bien conozco esos preceptos tan lejanos a la realidad. Mira, yo tengo mis principios en los que se anida el germen de todo progreso, que brotan y se desarrollan en cada pueblo y en cada época de la historia, con arreglo a las condiciones del medio. Mis actos contra la institución católica, nunca han sido perversos, por el contrario, creemos en el establecimiento de un estado de derecho nacional de los pueblos independiente de la religión, que impida los privilegios, la explotación del hombre y la de los pueblos débiles por los pueblos fuertes.
    Sacerdote: Pero sus leyes, históricamente han sido injustas. Por ejemplo ¿Por qué han quitado los bienes a la Iglesia?
    Masón: Lo han hecho porque estaban en manos de hombres que los administraban en su provecho personal.
    Sacerdote: Esta sotana que ves es lo único que es de mi propiedad.
    Masón: Perdóname, me refiero a la institución; a los que no están aquí.
    Sacerdote: Pero los verdaderos enemigos son los ateos, los herejes, los sectarios de otras religiones.
    Masón: ¿Cuál sería su misión en la tierra sin ateos? Además, los tuyos han hecho de la herejía un calificativo que imponen a todos los que no se someten, a los que no obedecen; a los que se revelan, a los que piensan y se cuestionan. En vida conocí herejes; conocí a Miguel Hidalgo, a Benito Juárez, a Morelos, a Mariano Matamoros y muchos más.
    Sacerdote: Por lo que veo muchos masones han sido importantes.
    Masón: No para nada, sólo han sido personas comunes y corrientes, pero con responsabilidades importantes.
    Sacerdote: Estoy confundido, en cientos de documentos que he estudiado se condena la masonería como contraria a la justicia y a la moral natural. También he sabido que la masonería supone una esclavitud, una inmoralidad, una traición y un ateísmo.
    Masón: Por el contrario, la libertad es lo que nos mueve, pues hemos proclamado los principios de libertad de pensamiento y de conciencia, tiene por fin con esto, mantener un ambiente de convivencia pacífica, pero que no supone indiferencia ante la diversidad de ideas y creencias. La Institución declara que es objetivo fundamental de la misma, la búsqueda de la verdad; obstaculizada constantemente por la ignorancia y la superstición.
    Sacerdote: ¿Con esto último quieres decir que no eres una persona de fe?
    Masón: Creo en un Ser Supremo, creador de todo el Universo, tal vez lo llamamos de diferente manera, pero la idea de una deidad está siempre presente. Ante Él me arrodillo, jamás ante los hombres. Pero te repito, respetamos y aceptamos a todas las religiones del mundo.
    Sacerdote: Qué interesante. Y cambiando de tema, ¿Por qué te molesta que me involucre en asuntos de Estado, cuando los tuyos lo han hecho históricamente?
    Masón: Nunca me molestó que tú participaras políticamente, pero sí como institución. Mira, la masonería es apolítica, pero no ajena a estos acontecimientos. Nosotros no hacemos política como institución, pero los masones sí pueden influir en el colectivo. Todo se hace desde el ejercicio del derecho público. Y esto tiene sus razones, por ejemplo, cada miembro tiene diferentes pensamientos ideológicos. Muchos practican la política, y esto lo puede realizar el masón desde su libertad, formando parte de las entidades no masónicas, pero nunca en nombre de la Masonería. Hay grandes naciones fundadas o gobernadas por masones, no por la masonería.
    Sacerdote: Pero también en la historia han dirigido movimientos sociales algunas veces de manera violenta ¿Qué tienes que decir al respecto?
    Masón: Creemos que el buen gobierno debe ser sin abusos por parte de las autoridades y sin envidias de parte del pueblo, pero hay guerras que son necesarias cuando los gobernantes se convierten en tiranos. Pero la libertad, la igualdad y la paz siempre han sido el objetivo de todos esos movimientos que mencionas.
    Sacerdote: Que interesante ha sido esta charla, siempre supe que eras una buena persona, ojalá hubiéramos dialogado antes.
    Masón: Bueno, nunca es tarde querido amigo.
    Sacerdote: Destapemos una botella de buen vino y sigamos charlando….
    (Inspirado en el libro “Diálogo en el infierno entre Maquiavelo y Montesquieu” de Maurice Joly, 1864)

    *Consejero Consultivo de la CEDH de Sinaloa
    *Doctor de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad Autónoma de Sinaloa

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