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"OPINIÓN"

"Diputados: Tres retratos antes de votar el presupuesto"

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    jesusrojasriver@gmail.com

     

    Miguel José es un niño indígena de la costa chica de Guerrero, me contó que es de Azoyú, un pueblito muy pequeño y caluroso en la frontera con Oaxaca, que allá tiene su casa y están sus abuelos cuidando de dos chivas lecheras que le regalaron. Con nostalgia, pero sereno, me contó que a su tierra regresa una vez por año. Él vive en la peregrinación de los ciclos agrícolas porque sus padres son jornaleros migrantes, en febrero habita en un campamento improvisado en Amatitán, Jalisco, y en agosto su casita es una cuartería en Navolato, Sinaloa.

    Le encanta la escuela, su materia favorita es español, va en quinto pero debería ir en sexto, el problema es que un año no le contó porque lo hizo en Jalisco y sus papás tuvieron que salir antes de recibir su boleta. Si el ciclo agrícola corta el año escolar, el grado se pierde así como se perderá el recurso federal para garantizar la educación de 16 mil niños y niñas migrantes como él en 158 escuelas sinaloenses. La propuesta del Ejecutivo en el presupuesto contempla eliminar dos programas pensados en niños como Miguel José, el de Atención Educativa a la Educación Migrante y el programa de Educación Indígena, ambos pilares en el aprendizaje incluyente para los alumnos más vulnerables de México.

    Priscila es una mujer policía desde 2014, su uniforme luce impecablemente limpio, pero tiene unos remiendos en las rodillas y los antebrazos. Ingresó a la corporación de su municipio porque su papá fue policía y quería continuar con el legado. Gana poco menos de 10 mil pesos mensuales, no sabe si tiene vigente un seguro de vida, pero está segura que no tiene prestación de vivienda, el año pasado quiso sacar un crédito de casa y le dijeron que no, que tenía “seguro social” pero no Infonavit.

    Tiene dos armas de cargo, un rifle semiautomático que nunca ha disparado y una pistola con un cargador enmohecido que no “embona” bien en su escuadra. A principios del año les prometieron un bono de capacitación táctica y un curso pagado para ser los “primeros respondientes” en el nuevo sistema de justicia penal, pero ni curso, ni recurso. Ahora su comandante les dijo que venía recorte y se refería al Programa de Fortalecimiento para la Seguridad (FORTASEG), más de 100 millones de pesos menos para la capacitación, equipamiento, uniformes, salarios y prestaciones de policías municipales. Ella dice que está pensando abandonar el trabajo que ama pero que no le paga los “desvelos y las mortificaciones”, hace días hubo un enfrentamiento en un camino vecinal y no traía chaleco antibalas.

    Octavio es viudo, padre de María, Alfredito y Matilde, es pescador cooperativista en una marisma camaronera del sur de Sinaloa. Él no sabe de planeación, programación y presupuestación de recursos federales, menos de la rebatinga de recursos en San Lázaro. Don Octavio sabe pescar con atarraya, levantarse a las 3 de la mañana para navegar en su panga antes del amanecer. En su lancha tenía un pequeño motor fuera de borda que le “regaló” el Gobierno, también lo apoyaban con gasolina para que le quedara un poquito más para su familia. Dice que “siente” que de un tiempo para acá dejaron de llegar apoyos, que ahora le dan 3 mil 500 pesos que no se comparan con lo que le ayudaban antes.

    No solo es la percepción del pescador, según la Secretaría de Pesca y Acuacultura de Sinaloa, 22 de los 23 programas federales para apoyo al sector desaparecieron en los últimos años y no hay en este presupuesto nada que anuncie algo diferente, se acabaron los apoyos para comprar o reparar motores, para las artes de pesca, apoyo a gasolina o a diésel marino. Ahora lo que hay es un dinerito del programa de bienestar que no es ni la cuarta parte de lo que antes recibían en su cooperativa.

    Estas son imágenes reales de la discusión presupuestal, la cara desconocida que trastocan las negociaciones entre el Ejecutivo y el Legislativo. Por bien de Sinaloa, hacemos un llamado para que los diputados y diputadas federales se pongan de acuerdo en un paquete económico justo para todos y para todas. Para que piensen al momento de votar las asignaciones presupuestales en Miguel el niño migrante, en Priscila la policía municipal y en Octavio el pescador ribereño. Para que, por primera vez pongan el interés de sus representados sobre los intereses de sus partidos y tomen la mejor decisión de cara a los ciudadanos. Luego le seguimos...

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